Sentí que alguien me seguía, que no estaba sola mientras corría hacia casa. ¿Quién era? No estaba segura, pero no creía que fuera alguien de mi agrado.
Metí el collar dentro de mi blusa para ocultarlo sin dejar de correr. No tenía miedo, era la vampiro más poderosa y aunque no estaba mentalmente preparada para terminar con la vida de alguien.
Escuche unas risitas divertidas y algo sarcásticas lo que me dejo saber que eran dos personas las que me seguían y eran ambas mujeres. Eso, por un lado, me dejo algo más tranquila. Sentí como se acercaban a mí se apoco por los costados pero yo seguí corriendo dispuesta a llegar a mi casa aunque estaba bastante lejos aun.
Cada vez las sentía más cerca, estaba segura que en cualquier comento se me cruzaban adelante pero yo seguía corriendo. De repente, y como me lo esperaba, dos figuras femeninas, delgadas y unos escasos centímetros más altas que yo se pararon frente a mí, haciéndome parar en seco para no chocar contra ellas.
Las mire bien. Una de ellas era rubia con su melena atada en una cola de caballo alta y tirante dejando su rostro totalmente despejado, de ojos redondos y nariz y labios finos. Sus ojos eran color hazel oscuro, ya estaba por comenzar su sed. La otra tenía el cabello castaño suelto y ondulado, sus ojos estaban más claros que los de la rubia y sus labios más gruesos.
Eran Perrie y Eleanor Tomlinson, las parejas de Zayn y Louis, siendo el primero con quien tuve un encuentro algo grotesco meses atrás aun en el instituto.
-Eleanor. Mira a quien tenemos por aquí- dijo Perrie con una voz algo chillona. Yo fruncí el ceño y las mire seria. ¿Qué querrían?
-________ Canterville. -Dijo Eleanor.- es bueno verte.
-no sé si puedo decir lo mismo- dije seca. - ¿Qué quieren? - ambas rieron sarcásticas.
-¿Qué hiciste con Harry? Hace días que no va por casa- dijo Eleanor.
-no hice nada, el se fue de su casa porque así lo quiso. Estuvo con nosotros unos días pero ahora ya no.- conteste, recordando que Harry había desaparecido hacia unos días y no tenía idea de porque.
Lo extrañaba, quería tenerlo cerca pero no era así. Con todo esto de Steven se me había olvidado pero ahora que lo volvían a mencionar ya me sentía vacía nuevamente. Necesitaba a Harry, eso era seguro.
-¿Por qué ya no? ¿Se pelearon? -dijo Perrie
-realmente no te importa. -conteste.
-Mira querida Canterville. No nos importa si sos o no sos la pareja determinada de Harry, ¿entiendes?- dijo Eleanor- queremos a toda tu familia aniquilada y eso te incluye.
-Josh nos conto todo y acá no hay escusa que valga. Harry puede ser uno de los nuestros pero aunque seas su pareja determinada seguís siendo una de ellos. No nos importa tener que lidiar con el dolor de Harry por perderte. -agrego Perrie.
En sus mente puede ver que todo lo que Josh les había contado eran mentiras, la rivalidad que Bruce nos conto para Josh fue simplemente la base de toda una historia inventada que les transmitió a sus hijos adoptivos para que también nos odiaran como el odia a Bruce. Tanto era su odio hacia nosotros que no les importaba que uno de ellos tuviera que sufrir el resto de sus días por perder a su pareja o incluso alguno de ellos muriera.
En sus mentes no planeaban atacarme en aquel momento, simplemente advertirme sobre lo que planeaban hacer y lo decididos que estaban.
-es solo una advertencia- dijo Perrie y comenzaron a correr lejos de mi.
No planeaba quedarme allí sola por lo que comencé a correr hacia mi casa nuevamente. Necesitaba estar segura, además si alguien se enteraba que había salido sola tendría problemas.
Al llegar a casa lo que hice fue darme un baño largo y relajante. Ahora todos sabían que estaba en casa y que estaba a salvo, por si a alguno se le había ocurrido la idea de ir a verme a mi habitación.
Cuando estuve pronta volví a mi habitación y me encontré con Vanessa sentada en mi cama. Deje la toalla que cubría mi cabello en el suelo y tome un cepillo para poder peinarme. Me senté a su lado pero ella no me miro.
-¿Vanessa? - traté de llamarle la atención.
-tengo noticias. -dijo.
-¿noticias?- pregunté.
No contesto. Su mirada estaba perdida en un punto fijo de mi habitación. Termine de cepillar mi cabello y deje el cepillo a un lado.
-Vanessa...
-hoy me llamo Zac. - dijo.
Si Zac la había llamado era porque había noticias sobre Iván. Bueno, es posible que la haya llamado para saludarla y simplemente hablar con ella pero no creía que por eso Vanessa estuviera en mi habitación en aquel estado tan extraño en ella.
No dijo más por unos minutos, y yo esperaba. Quería saber pero no quería leer su mente, quería que ella me dijera las noticias. Mire sus manos y vi que tenía una cadenita entre ellas. Era dorada y muy larga. Nunca la había visto antes y por eso me llamo la atención.
-¿Qué es eso?
-¿Qué cosa?
-esa cadena.
-Zac me la regalo cuando descubrimos que éramos pareja determinada. Ahora que estoy lejos de él, la llevo conmigo siempre.
- ¿Qué te dijo Zac? ¿Por qué te llamo?
Otro par de minutos en completo silencio. Yo necesitaba saber que estaba pasando pero Vanessa no reaccionaba de ninguna manera.
-Vanessa...estoy segura de que no te llamo para simplemente hablar. Estas acá por algo. ¿Qué paso? ¿Encontraron a Iván?
-Si
Su tono no era de alegría y eso era lo que me daba miedo. A ese "si" le acompañaba un "pero" y no parecía algo bueno. Trague saliva. Ese "pero" podía ser cualquier cosa y en ese momento se me cruzo Harry por la cabeza. ¿Tendría algo que ver con él y por eso Vanessa estaba allí, en mi habitación por contármelo?
-Vanessa, por favor, necesito que me lo digas.
-si, encontraron a Iván pero muerto. Encontraron las cenizas. Sabes que para terminar de matar a un vampiro hay que quemarlo, bueno... mataron a Iván. -dijo y se largo a llorar.
Quede en shock. Alguien nos había arrebatado a nuestro hermano. Por primera vez en toda mi vida, tanto humana como vampiro, había sentido aquella sensación de matar a alguien, de matar a la persona que había hecho aquello.
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Red Light™
Ficción GeneralNo tenia sentido. Nada lo tenia. Desde aquel día en que mi vida había cambiado completamente, nada tenia sentido, todo podía pasar y aun así, yo seguía sorprendiéndome de la mayoría de las cosas que me pasaban. Ya había escuchado la leyenda de “la l...