Me encontraba sentada en una roca luego de haber corrido un buen rato. Eran de esas rocas enormes, en las que hay un acantilado entre ellas. Me encantaba ese lugar, lo había descubierto un tiempo atrás, cuando estaba totalmente perdida y confundida con respecto a mi vida. En aquel momento, todo era paz y tranquilidad, ver el movimiento de las hojas, sentir a los animales correr lejos, sentir la corriente de agua a lo lejos: cosas que siendo una humana no podría sentir, pero que me hubiera encantado haber podido hacerlo.
Me ate el cabello en una cola de caballo alta y me recosté sobre otra roca de menor tamaño que tenia a mi lado. Cerré mis ojos y deje que mi imaginación jugara conmigo, que me llevara a otros lados, que me volviera a hacer humana, aunque sabía que al abrirlos seguiría en el mismo lugar, siendo vampiro.
Sentí como alguien se acercaba, despacio, tratando de no hacer ruido. Abrí mis ojos rápidamente pero permanecí inmóvil. Olfatee el aire para poder sentir su perfume, aroma o algo que me dijera quien era, pero solo logre deducir que era otro vampiro. Lo sentí sentarse a mi lado y suspirar.
Mire de reojo y allí lo vi. Harry estaba sentado a mi lado, mirando el bosque, y meciendo su cabeza de forma casi imperceptible. Mire mis manos, las cuales se encontraban unidas y las separe. Fije mi vista en un punto fijo y me quede seria.
-¿Qué quieres?- le pregunte. Seca, fría, sin sentimientos. ¿Seguiría el sintiéndose afectado por eso como antes?
No sé si me miro, ya que no sacaba mis ojos de aquel punto fijo, pero si lo oí reír por lo bajo y luego suspirar.
-La transformación no te cambio, Miller.- dijo el divertido. Ya podía ver que a él sí que lo cambio, a pesar de no haberlo conocido casi nada.
-Mi apellido no es Miller- comente, y me dolió haberlo dicho. Nunca me había dado cuenta de lo importante que era mi apellido para mí hasta que me transformaron y mi apellido pasó a ser Canterville. Puede sonar tonto, pero si sentí el cambio de apellido. Tal vez haya sido esa la razón por la que mi personalidad cambio, ya no me sentía la misma persona, la misma _______ porque ya no era ______ Miller, era _______ Canterville.
-Ambos sabemos que si, a pesar de que hallas adquirido el de sus padres adoptivos.- dijo él.
-¿Por qué estas acá?- le pregunte, de la misma manera de la cual le había hablado anteriormente. El volvió a reír por lo bajo.- ¿Qué es tan gracioso?
-tu forma de ser- dijo él. -¿te acuerdas de mi? Porque parece que no tienes ni idea de quién soy – dijo divertido y algo sarcástico. ¿Podría llegar a ser más molesto? No, imposible.
Lo mire y actué como si lo estuviera analizando, tratando de recordarlo. Retire mi mirada y de reojo vi como él me quedaba mirando algo confundido.
-Si se quien sos, Styles- conteste finalmente. – aunque sé que ese no es tu apellido ahora. –Lo mire. – ¿Cuál es tu nuevo apellido?
Rio divertido, otra vez, y miro a lo lejos, su mirada se perdió pero no sacaba esa sonrisa tonta y divertida de la cara, cosa que me molestaba porque yo no estaba divertida, me molestaba su presencia y más cuando estaba en mi tiempo a solas, cosa que difícilmente tenía en casa.
-Tomlinson. –contesto.
No conteste, ahora tenía esa información que había prometido conseguir a mi familia. Deje de mirarlo y el suspiro. Me pareció raro, ya que el suspiro fue uno cansado, como que me fuera a confesar algo, aunque no sabía que podría ser. De todas maneras, hable antes que él.
-Fui… no fui buena contigo en el pasado.- confesé, por más que no lo aguantara ahora, en el pasado el no era así y no se merecía que lo haya tratado de aquella manera.
-Está bien, Steven era tu novio, era obvio que lo ibas a defender a él. Seguro todavía lo amas. –contesto el pero no me miro. Pero yo si lo hice. ¿Seguir amando a Steven? Era claro que Harry no sabía lo que me había hecho, que habíamos terminado, y que ya no lo veía desde hacía 5 años, desde mi transformación. Negué con la cabeza, aunque él no me vio.
-No.-conteste – terminamos ese verano. En el que vos… desapareciste. Todos decían que te habías cambiado de escuela por lo que Steven te hacia pero… no creo que haya sido eso.
- Sos tan lista como lo eras para la química- contesto.
Mire a lo lejos. El se acordaba de cada detalle de mí, y yo había tenido que recurrir a Vanessa para que me ayudara con su don. Me sentía algo tonta por haberlo hecho, capas que él decía algo que yo no sabía o no recordaba aun, aunque tendría que haber visto cuando utilice el don de Vanessa y estaba referido a él.
-Todavía no me dijiste que haces acá.
-Te seguí.
Lo mire desconcertada. ¿Me estaba siguiendo? ¿De qué estaba hablando? ¿Y porque lo hacía? El rio a ver mi expresión y se levanto. Me sonrió.
-Nos vemos el lunes.
Y salió corriendo, dejándome ahí, sentada sin entender nada.
-_________- dijo Carrie entrando a mi habitación. Levante mi vista del cuaderno en el cual me encontraba escribiendo y la mire. Ella sonrió apenada- estabas escribiendo, lo siento. Solo quería decirte que si querías ir a correr o algo con nosotros pero veo que estas muy concentrada. Aunque capas que quieres ir y dejas eso para después…-respiro y estaba segura que iba a seguir pero la detuve.
-¿van a ir todos? –pregunte
-no, Jade se queda.- contesto. Yo sonreí. Era una buena excusa decir que me quería quedar con Jade a acompañarla y pasar un rato juntas. No quería ir con ellos, ya que la charla con Harry me había dejado algo distraída y no quería que se dieran cuenta de eso.
-me quedo con ella-
Se retiro de mi habitación asintiendo y sonriendo. Baje mi vista a mi cuaderno y me mordí el labio inferior al leer lo que había escrito minutos antes. Suspire y cerré el cuaderno. Iría a pasar el rato con Jade y contarle lo del apellido de Harry, cosa que dejo a todos con la intriga.
-Ya sea el apellido de Harry – le comente luego de que estuviéramos un buen rato hablando de ella e Iván y de la tranquilidad que había en la casa porque solo estábamos nosotras dos. Creo que en esos momentos, podría llamárselo un lugar de paz, como mi querido paisaje de rocas en el bosque.
-¿Cómo es?
-Tomlinson
Jade me miro con los ojos abiertos como platos y en ellos pude ver un montón de cosas: miedo, enojo, curiosidad, desesperación. Leí su mente y lo que dijo me confundió aun mas que su mirada: “No pueden ser ellos, no por favor”. Pase mi mano frente a sus ojos fijados en mi y sacudió la cabeza para mirar la pared por unos segundos.
-¿Estás bien?-pregunte, preocupada obviamente. Ella sacudió la cabeza por segunda vez.
-aléjate de Harry, de todos ellos, _________. – dijo Jade, mirándome nuevamente, pero esta vez su mirada mostraba otra cosa: preocupación. ¿Preocupación? ¿Jade estaba preocupada por mi? ¿A qué venía todo ese asunto?
-¿Por qué? Es decir, no me agrada Harry, y lo hare con gusto pero… ¿Qué hay de malo con ellos?- pregunte. ¿Me diría la verdad? Lo sabría si le leía la mente.
-¡solo hazlo!
Se paro y comenzó a caminar en cirulos en su habitación, frente a mí y yo la contemplaba esperando que me diera otra respuesta, que me aclarara mas las duda que tenia sobre todo eso que me acababa de decir. No quería leer su mente en ese momento, quería que me lo dijera, pensaba usar mi don en momentos en que los necesitase realmente, no en cosas que podía obtener fácilmente y de otra manera.
Jade no dejaba de caminar, y yo ya me estaba desesperando. Jade ya sabía algo de los Tomlinson, y por lo que había dicho, parecían peligrosos. Era raro, ya que si fueran peligrosos no estarían en una escuela. Pero… ¿Qué pasa si no son peligrosos para los humanos? ¿Qué pasa si son peligrosos para nosotros? ¿Sería posible que otros vampiros lo fueran?
-no entiendo cual es el problema con ellos- dije – son como nosotros.
Jade paró en seco y me miro seriamente. Fruncí el ceño ya que ella muy pocas veces era seria y utilizaba esa cara. ¿Cuál era la historia detrás de todo eso?
-solo no te acerques a ellos- contesto Jade. Yo asentí.
Jade suspiro gracias a que acepte no acercarme a ellos, pero luego me volvió a mirar curiosa.
-¿Cómo descubriste el apellido de Harry?
-Hable con él.
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Red Light™
General FictionNo tenia sentido. Nada lo tenia. Desde aquel día en que mi vida había cambiado completamente, nada tenia sentido, todo podía pasar y aun así, yo seguía sorprendiéndome de la mayoría de las cosas que me pasaban. Ya había escuchado la leyenda de “la l...