Capítulo 18."Celos"

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Durante las últimas visitas a la casa de Kurt me sentía observada, pero por más que mirara hacia todos lados lo único que veía era a Kurt saludándome desde la puerta de su casa con una sonrisa en su rostro. Supuse que estaba paranoica o que eran algunos raros efectos de la Luz Roja. 

Ya habían pasado cuatro semanas del descubrimiento de la Luz Roja, mi familia aun no lo sabía, Harry y yo estábamos totalmente distanciados, seguía visitando a los Looper casi toda la semana y me hice mas amiga de Kim. Ese fin de semana ellos no estaban en la ciudad, por lo que yo no fui a visitarlos y me dedique a alimentarme junto con Carrie, Vanessa, Jade y Elina: el grupo que siempre formábamos para ir a cazar. 

Adoraba cazar junto con ellas porque todas tenían una técnica distinta de caza que me entretenía ver mientras disfrutaba de lo que yo había cazado. Elina era la más rápida de todas, Jade la que tenía el mejor olfato, Carrie era muy escurridiza y Vanessa muy silenciosa. Yo como podía escalar muy bien, solía seguir a mis presas desde los arboles y cuando creían que estaban libres de mi, las atacaba. Siempre funcionaba para mí. 

Me baje del auto de Zac y vi que Iván rodeaba los ojos. Lo mire con mis cejas arqueadas y el rio por lo bajo. Cerré la puerta del auto por haber sido la última en salir de este y le apoye en el mirando a Iván. 

-ya déjate de jueguitos, hermano. No somos niños. –le dije en tono burlón y luego mire hacia Nick y Carrie, quienes estaban aguantando la risa al ver la cara de Iván. 

-Parece que la pequeña está aprendiendo a burlarse de ti, Iván. –dijo Zac, dejando a Iván aun más serio. Todos reímos y nos dirigimos hacia nuestras clases.

El día pasó bastante rápido. Todos mis hermanos ya estaban en el auto esperándome cuando yo salí de mi clase. Últimamente estaban mucho más cuidadosos con el tema de cuidarse de que los Tomlinson no los vieran. Yo por suerte, podía no preocuparme por eso ya que no me conocían como Canterville, sino que, gracias a Harry, me conocían como Miller. 

Salí del edificio tranquilamente, caminando hacia el auto de mis hermanos. Planeaba no visitar a Kurt y su familia hoy ya que deberían estar cansados gracias al viaje que habían hecho y además tenía algunas cosas que hacer para el colegio aquella tarde. Pero alguien me agarro de la muñeca y me jalo hacia la parte de atrás del edificio. Cuando logre ver quién era, me di cuenta de que era Harry. Lo mire enojada y me moví tratando de zafar de su agarre, pero él fue más rápido que yo.

-Deberías haber pensado en las consecuencias antes de actuar, Canterville- dijo Harry, mientras me retenía entre su cuerpo y la pared. Luche por zafarme, pero él estaba aplicando mucha fuerza, mayor que la mía como para poder lograrlo. Era la primera vez que me decía así: Canterville.

-¿Qué estás haciendo?- le pregunte enojada y confusa. 

-¡otra vez me estas dejando! – contesto el muy frustrado, mirándome con odio y tristeza. 

-Harry, hay cosas que no nos dejan estar juntos. ¡Ni siquiera sabes lo que está pasando! –le conteste, esperando que reaccionara

-¡Entonces dime cuales son y que está pasando!- dijo él cada vez mas enojado. Baje mi mirada, no podía decirle porque se daría cuenta de mi plan y ya no quería lastimarlo más. -¿Qué? ¿Ahora vas a decirme que no podes decirme porque no queras lastimarme? –pregunto él, fingiendo una voz de mujer, supuse que era la mía, en las últimas tres palabras, “no queras lastimarme”. -¿Por qué no solo me decís la verdad? ¿Por qué no me decís que estas enamorada de ese estúpido lobo?

Abrí mis ojos como platos, ¿estúpido lobo? ¿Kurt? Leí su mente y si, efectivamente pensaba que yo tenía una relación amorosa con mi mejor amigo hombre lobo gracias a que nos estuvo vigilando toda la semana, controlo todas mis visitas y nuestros saludos, y aunque estos fueran siempre simplemente amistosos, el los veía de otra forma. 

-¡Me estuviste vigilando!- le reproche. No me gustaba nada que me vigilaran, que supieran lo que estoy haciendo. Ya no soy una nena chica a la que necesitan cuidar. Tengo el cuerpo de una adolescente de 17 años, la mente de una de 22, soy vampiro por lo que tengo rapidez, fuerza, olfato, vista y oído agudísimos y, además, era la más poderosa de todos. No necesitaba que me cuidaran, vigilaran o lo que sea. 

Me logre zafar del agarre y empuje a Harry lejos de mí. Rápidamente tome mi bolso y lo colgué en mi hombro, pero cuando levante la vista lo tenía frente a mi nuevamente. Lo mire con enojo y lo mas intimidantemente que pude. 

-¿eso lo confirma? –Pregunto él, mostrándose más furioso, pero yo no conteste.- ¡Estás jugando conmigo, ______! 

-Harry, no es por Kurt, es solo mi amigo, ¿está bien? Pero nosotros no podemos estar juntos por razones que son mucho mayores que otra persona. –conteste. –es lo mejor, ninguno de nosotros va a salir herido ni nadie de nuestro alrededor. Solo… solo mantente alejado. – dije y luego me aleje rápidamente de allí, caminando directamente hacia el auto de Zac. 

Entre en este y suspire. Mire hacia mis costados y todos me miraban. 

-lo siento. Una de mis profesoras quería hablar conmigo.- dije antes de que me preguntaran algo, además podía escuchar la pregunta en sus mentes. 

Deje caer mi bolso en el piso y tome mi cuaderno. Me senté junto a la ventana y comencé a escribir lo que había pasado minutos antes con Harry en la parte de atrás de la escuela. Me sentía muy abrumada y necesitaba escribir sobre eso para desahogarme y sacarme ese sentimiento tonto que tenia dentro de mí. 

Alguien golpeo la puerta y yo dije “pase”, sin dejar de escribir en el cuaderno. La persona entro, cerró la puerta y camino hacia mí lentamente. Cuando la tenía al lado, cerré el cuaderno y alce la vista para encontrarme con Vanessa y su cabello negro y ondeado frente a mí. Me acomode y ella se sentó sin dejar de mirarme. Creo que ambas nos transmitíamos las cosas mediante la mirada, no me hacía falta leerle la mente para saber que quería: saber que había pasado realmente en la escuela, porque había llegado algo retrasada al auto. 

Le extendí la mano y ella el tomo, para poder mostrarle lo que había pasado con Harry antes de encontrarme con ellos. Cada momento, cada palabra se sentía tan real nuevamente, tan vívida. Al soltarme la mano, Vanessa simplemente asintió. 

-Ese chico si te quiere- dijo. 

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