Capítulo 26. "Punto límite"

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-Me gustaría ver alguna de esas escrituras- dijo Sara luego de escucharme hablar sobre mis problemas. 

Siendo sincera había guardado el cuaderno en mi bolso porque pensaba que Sara iba a querer verlos, para notar los cambios repentinos exhibidos en la escritura. Tome mi mochila lentamente y luego de sacar el cuaderno y tenerlo en mis manos unos momentos, se lo pase.

Vi como leía atentamente, como fruncía el ceño cada tanto, como asentía de vez en cuando. Que estuviera leyendo eso me hacía sentir vulnerable porque eran mis secretos, mi vida en general, mi forma de pensar y de ver el mundo y no se lo había mostrado nunca a nadie. 

-es tan extraño- comento devolviéndome el cuaderno y yo enseguida lo guarde. –me dijiste que investigaste algo. ¿Qué cosa?

-tome notas, tal vez te sirvan-dije y ella asintió así que se las pase. Ella las evaluó, las pensó, las ordeno pero no parecía tener una idea clara de lo que me pasaba.

Comencé a ponerme nerviosa e impaciente, algo muy raro en los vampiros, ya que tenemos todo el tiempo del mundo para hacer lo que queramos. ¿Sería otro cambio de humor? Mis dedos comenzaron a tamborilear sobre mis rodillas rápidamente y me mordí el labio. Mire hacia todos lados en la habitación, buscando algo con lo que entretenerme mientras Sara hacia lo suyo con mis notas. 

Me detuve en un conjunto de portarretratos con fotos de toda la familia Looper, y decidí acercarme a ellas y mirarlas más detenidamente. 

Tome la primera en mis manos: una preciosa foto de los cuatro: Rafael, Sara, Kurt y Kim hacia muy poco. La siguiente era una de Rafael y Sara juntos; la que le seguía era una de Kim y Kurt de niños; la cuarta era una de su madre con ambos niños y la quinta de su padre con ellos. La dos últimas eran una de la pareja y la otra de los hermanos algunos meses atrás. Me quede mirando la última foto, la de Kim y Kurt. Ella se veía tan feliz. Ninguno de la familia había superad totalmente la muerte de ella, creo que yo tampoco. 

-_______-me llamo Sara. Deje la foto donde estaba y me volteé a verla. – no logro saber que tienes. Tal vez se pasen con el tiempo sino deberías consultar con tus padres. Ellos son vampiros, seguro que sepan más que yo sobre estas cosas. 

Simplemente asentí. No quería hablarlo con mis padres porque tendría que decirles algunos detalles que no quería contarles aun, como la Luz Roja y quizás mi charla con Harry en mi habitación. 

Sara me devolvió las notas y me toco el hombro, confortándome. Yo tan solo esperaba que los síntomas se fueran pronto de mí. 

Había decidido salir un poco luego de salir de lo de los Looper. Hacía varios días que no salía de mi casa y ya me sentía aburrida, sola, y más que nada, encerrada. Tal vez, si salía un poco, la situación de mis cambios de humor mejoraba. 

Llegue a un café y me senté en una mesa a leer una revista que tome del revistero que había allí. Un mozo se me acerco y tomo mi pedido y minutos más tarde me lo trajo y se retiro, no sin antes mirarme bien. Odiaba que siempre pasara eso.

Sentí unas risas familiares fuera del local y disimuladamente y tapándome con la revista, eche un vistazo. ¡No otra vez! Steven se encontraba con un par de chicos mas riendo afuera del local. Tome un trago de mi café y volví a mirar. Se estaban yendo del lugar, y por un momento, la idea de seguirlos me resulto muy apropiada para la ocasión. Deje la propina sobre la mesa junto con la revista, tome el café y me acerque a la puerta del local rápidamente, pero procurando que Steven no me viera. Vi como se subían a un auto en la calle de enfrente, así que corrí como humana, ya que no quería demostrar mi habilidad para correr frente a nadie, entre en mi coche y prendí el motor. 

Ellos demoraron un poco en arrancar y eso me dio el tiempo para terminar el café. Luego de que hubieran avanzado una cuadra, los comencé a seguir. No necesitaba tenerlos frente a mí, mi vista me ayudaba a localizarlos aunque tuviera varios autos entre el mío y el de ellos. 

Llegaron a una casa y allí se bajaron sus dos amigos, lo saludaron y luego Steven siguió su camino. Tal vez podía descubrir algo de que hacia allí. 

Lo seguí cuidadosamente para que no me descubriera y llego a otra casa, donde estaciono y luego entro. Estacione una cuadra antes y camine hasta allí. Me acerque lo más que pude y luego me subí a un árbol porque logre verlo subir las escaleras. 

En la planta de arriba logre ver a su hermana mayor, Ally, con quien yo nunca había tenido mucha relación. Por lo que parecía se habían mudado todos, ya que logre escuchar la voz de su madre dentro de la casa. 

Las conversaciones que tenían eran muy normales, muy humanas. No parecía estar tramando algo. Me baje del árbol y volví a mi auto desilusionada, ya que pensaba que lograría tener alguna pista de mis extraños encuentros con él, de los cuales en solo uno de todos me vio y me hablo. 

“Esta fue la peor noche. No puedo creer que fui capaz de hacer algo así, tan tonto, tan loco, tan peligroso y todo por una estúpida palabra que hizo que en mi interior se formara una especie de ganas de realmente aniquilar a la persona que la había dicho. 

No era normal, ya que la palabra “amor” no tenía ningún sentido malo para mí, ni tampoco era dirigida hacia mí cuando Nick la dijo. En cuanto me di cuenta de lo que estaba haciendo, tratando de golpearlo, de destruirlo, subí corriendo a mi habitación, tranque la puerta, la ventana y cerré las cortinas. 

Ya hace varias horas que sucedió y ninguno se atrevió a venir a ver que me pasaba. Tal vez sea mejor porque no quiero lastimar a nadie. No quiero contarles nada aun de mis cambios. Creo que mi salida en la tarde no fue buena.

Odio toda esta situación. Odio estar comportándome como un “nuevo vampiro” o peor aún. Odio no saber qué me pasa. Odio no poder controlarme siempre. Odio no tener mi don funcionando al 100%.

Ya no se qué hacer. Ahora tengo miedo de lastimar a alguien.” 

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