21 de noviembre

109 12 0
                                    

Carlota no ve ni sabe que prepara ella misma un veneno mortal para los dos y yo apuro con fuerza la copa fatal que me ofrece. ¿Qué significa  el aire de bondad con que a menudo me mira? A menudo, ¡no!; algunas veces. ¿Por qué se muestra complacida al notar el efecto que su vista me provoca a pesar mío? ¿Qué causa reconoce la compasión que revela con los ojos?  Ayer, cuando me iba, me alargó la mano y dijo:  -Buenas noches, querido Werther.  ¡Querido Werther! Es la primera vez que me llama así y hasta en lo más profundo de mi ser he sentido una dicha indecible. Más de cien veces he repetido estas palabras y por la noche, al ir a la  cama, hablando a mí mismo, exclamé sin percatarme de ello: “¡Buenas noches, querido Werther!” No he podido sino reírme de mí. 

"Las Penas del Joven Werther"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora