Te suplico, querido amigo, que no vayas a creer que hablaba de ti, al tratar de insoportables a los hombres que exigen resignación total ante los inevitables golpes del destino. No me imaginaba que pudiera tener semejantes opiniones. Sin embargo, en el fondo tienes razón; pero permíteme hacer un comentario. Sucede rara vez en este mundo que los eventos se encuentran sometidos a la ley absoluta del sí o del no. Hay tantos grados, tan diversos tonos en los sentimientos y en los procedimientos, como líneas distintas en una nariz chata o aguileña; y tú no extrañarás ni estarás incómodo si yo, sin dejar de aceptar tu principio, trato de escurrirme entre el sí y el no. Aquí está tu argumento: “o tienes esperanza de ver hechos realidad tus deseos con Carlota o no la tienes. En el primer caso trabaja sin cejar para lograr tu fin; en el segundo, trata de ser hombre y refrena y doma una pasión condenable que debe consumir toda tu fuerza”. Amigo mío, todo está bien dicho y es fácil decirlo. ¿Ves a ese desgraciado que empeora, que se extingue, devorado por una lenta pero continua enfermedad? ¿Puedes tú acaso exigirle terminar sus tormentos con una puñalada? El mal mismo que lo extermina, que lo mina, ¿no le quita la fuerza y el valor para liberarse de él de manera violenta? Podrías, tienes razón, responder con otra comparación semejante: ¡quién no se dejaría cortar un brazo con gangrena antes arriesgar la vida! Yo no, lo sé. Y además no nos gusta lastimarnos con comparaciones. Sí, Guillermo, algunas veces tengo raptos del valor más determinado y del más aventurado, y en esos momentos… ¡Si supiera adónde ir, lo haría en el acto! Por la noche Mi diario, que estaba abandonado desde hace unos días, ha llegado hoy a mis manos y me he confundido al ver señalados en él todos mis pasos. ¿Es con entero detalle cómo he llegado tan lejos? ¿No es sorprendente que haya visto con tal claridad mi estado y me haya comportado como un muchacho? Hoy lo veo todo muy claro; y, sin embargo, no hay indicios de que me corrija.
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"Las Penas del Joven Werther"
RomansaHe reunido con cautela todo lo que he podido acerca del sufrido Werther y aquí se los ofrezco, pues sé que me lo agradecerán; no podrán negar su admiración y simpatía por su espíritu y su carácter, ni dejarán de liberar algunas lágrimas por su trist...