17 De Febrero

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Temo que el embajador y yo no tengamos muchos acuerdos. Es completamente insoportable. Su manera de llevar los negocios y de trabajar es tan ridícula, que no puedo dejar de oponerme a él y hasta de actuar algunas veces según mi opinión, lo cual desde luego le disgusta; hasta ha elevado una queja sobre mí a  la corte, por lo que he recibido una reconvención del ministro, muy suave, pero al fin una reconvención.  Iba a solicitar una licencia temporal, cuando recibí de él una carta personal, en vista de la cual he  bajado la cabeza y alabo el buen sentido, el juicio recto, noble y elevado que le ha dictado. ¡Con qué delicadeza hace justicia a mis capacidades (incluso exageradas) de actividad, de influencia sobre otros, de penetración en los asuntos; aptitudes que tiene la amabilidad de calificar de noble ardor juvenil! ¡Cómo modera y reprime el exceso de mi sensibilidad! No trata de oprimir mis ideas, sino de moderarlas, suavizarlas y dirigirlas hacia un objeto sobre el que puedan actuar con toda amplitud y ventaja. Esto me ha reconfortado para ocho días y me ha reencontrado conmigo mismo. Esta paz es un tesoro, es la verdadera felicidad. ¡Ay, amigo mío! ¿Por qué una alhaja tal es tan frágil, tan extraña y a la vez tan preciosa? 

"Las Penas del Joven Werther"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora