8 de febrero

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Hace una semana que el tiempo no puede ser peor y me alegro, pues desde que estoy acá no he logrado ver un buen día, sin que algún inoportuno me lo arruine o me lo robe. Al menos, cuando llueve con fuerza, cuando nieva, cuando hiela o deshiela, me digo: “Mejor me quedo en casa”; pero si amanece soleado, si todo augura un buen día, nunca dejo de decir: “Éste es un favor del cielo que podemos usurpar unos a otros”. No hay nada que el hombre no se quite sin escrúpulos: salud, reputación, alegría, descanso.  Desde luego, casi siempre por necedad, estrechez y egoísmo; y según ellos, con la mejor intención. Algunas veces quisiera rogarles que no se desgarraran las entrañas de forma tan encarnizada. 

"Las Penas del Joven Werther"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora