13 De Julio

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No, no me engaño; leo en sus ojos negros el verdadero interés que le inspiran mi persona y mi suerte. Conozco y en esto debo confiar en mi corazón, que ella... ¡Oh! ¿Podré y me atreveré a manifestar con estas palabras la dicha celestial que me embarga? Sé que me ama.  ¡Soy amado! ¡Si vieras cómo me quiere ahora; si vieras… Te lo diré, porque tú sabrás comprender: si vieras lo mucho más que valgo a mis propio ojos desde que soy dueño de su amor! ¿Es esto presunción o sentimiento de nuestra relación verdadera? No conozco hombre alguno capaz de robarme el corazón de Carlota y no obstante, cuando ella habla de su futuro esposo, con todo el calor, con todo el amor posible, me encuentro como el desgraciado a quien despojan de todos sus títulos y honores, y le fuerzan a entregar su espada. 

"Las Penas del Joven Werther"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora