20 de diciembre

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Agradezco, querido Guillermo, que tu amistad haya entendido tan bien lo que yo quería decir. Tienes razón; lo mejor que puedo hacer es irme. Pero la invitación que me haces para que regrese a tu lado no corresponde mucho a mi pensamiento. Antes haré una breve excursión a la que convidan el frío continuado que es de esperar y los caminos que estarán en buen estado. Tu deseo de venir a verme me agrada mucho; pero te ruego que me concedas un plazo de 15 días y que esperes a recibir otra carta en la que te participe mis últimas noticias. Di a mi madre que pida a Dios por su  hijo; dile también que le ofrezco disculpas por todos las angustias a las que la he sometido. Sin duda era mi destino apesadumbrar a las personas a quienes hubiera querido hacer felices. Adiós, mi queridísimo amigo; el cielo ponga en ti sus bendiciones. Adiós. 

"Las Penas del Joven Werther"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora