Capítulo 1.

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·Narra Justin·

Era verano y empezaban las vacaciones. Estaba feliz y contento por tener por delante unos largos días de desconexión. Era lo que necesitaba después de mi ruptura con Selena y de todo el circo mediático que se había formado a mi alrededor.

Necesitaba desconectar, pensar en mí, despejar las ideas y soñar de nuevo con los proyectos que tenía en mente. Sin duda, esto me vendría demasiado bien tanto personalmente como para pensar en mi próximo disco. Ya tenía algunas canciones escritas, pero me faltaban más de la mitad para completar lo que sería el disco del año. Sí, me lo había propuesto y lo iba a conseguir. Me gustaba fijar metas y sobrepasarlas a lo alto. Esta era una de ellas.

El camino hasta llegar a aquel pueblo desconocido se me hizo eterno. Los asientos de aquella furgoneta eran incómodos y me dejaban el culo dolorido. Con lo bonito que lo tenía, esto me iba a joder mi preciosa forma respingona y lo convertiría en un cuadrado aplastado. Bah. Debía relajarme y dejar de ver el lado malo de las cosas.

Me coloqué los auriculares y busqué una canción de Beyoncé en el reproductor de música para subirme el ánimo. Últimamente estaba muy cascarrabias, todo me iba mal. Y es que no es lo mejor del mundo que te rompan el corazón, pero quizás lo tenía merecido. Me echaba la culpa a mí mismo por no haber cuidado la relación con Selena, aunque siempre traté de darle todo lo que podía y le di lo mejor de mí (o al menos, lo que ella podía sacar de mí).

Este tiempo tenía que servirme para olvidarme de ella, de sus besos, de sus caricias, de todos los recuerdos que se reproducían en mi mente cual película de Hollywood.

-Ya estamos llegando. –anunció mi chófer.

Lo había contratado únicamente para que me trajera a este lugar, así que no me sabía su nombre. Había pagado para que mantuviera su silencio y no le contara a la prensa dónde me escondía, por tanto, todo sería más fácil.

Mi objetivo era pasar desapercibido, por eso iba subido en la furgoneta más cutre e incómoda que había visto en mi vida. Pero si renunciar un poco al lujo al que estaba acostumbrado me ayudaba a sentirme una persona normal de carne y hueso, merecía la pena pasar por eso.

-Esto es justo lo que me esperaba –comenté asomando mi cabeza por la ventana y observando el paisaje que regalaba unas increíbles vistas de las montañas-, no hay ni un alma por la calle.

-¿Entonces es lo que buscabas? –me preguntó aquel señor.

-Sí, exactamente lo que yo quería.

Me coloqué las gafas de sol y apoyé mi brazo en el hueco de la ventanilla. La leve brisa del aire impactaba contra mi cara y me hacía sentir bien.

-Ha sido un trayecto un poco largo pero por fin estamos aquí. –una sonrisa se avecinó entre la barba del conductor. Era un hombre bastante agradable, no tenía pinta de traicionarme como muchos lo habían hecho antes. Además, con el dinero que había ganado gracias a mí más le valía mantener el silencio.

En unos pocos minutos el vehículo fue reduciendo la velocidad hasta que frenó en seco y supuse que acababa de aparcar. Aquí empezaba una nueva y corta aventura. Yo. Conmigo. Quizás era lo idóneo para conocerme mejor.

No necesitaba a nadie más, no quería que nadie me acompañara.

Bajé de aquella furgoneta y en cuanto puse un pie en el suelo una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo. Me dirigí a la parte de detrás del vehículo donde descansaban todas mis cosas y ayudé al señor del bigote a bajar mis maletas.

-¿Cuál es la casa, señor? –le pregunté siendo educado.

-Esa de ahí. –respondió achicando sus ojos debido al sol y señalando con su dedo índice hacia mis espaldas.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora