Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]

Capítulo 25.

·Narra Aira·

Mis ojos se abrieron delicadamente y sonreí al percatarme de que mi cabeza estaba apoyada sobre el pecho de Justin. Su piel era suave, delicada, sin imperfecciones. Parecía haber salido de una película, de un sueño donde todo está hecho a medida y no existen los defectos.

Enganché mi mirada en su tronco desnudo y me fijé en todos y cada uno de sus tatuajes. La tinta se extendía de una manera que me hacía admirar cada parte de él como si fuera una obra de arte.

Caí en la parte superior de su ombligo donde la palabra 'purpose' adornaba el centro de sus abdominales. Me llamó especialmente la atención aquello. Un poco más abajo, en la parte derecha aparecía otra palabra, 'forgive', y en el otro extremo un pequeño dibujo que no sabría descifrar muy bien lo que era. Este último se acercaba mucho a una línea en forma de V que bajaba y me volvía completamente loca.

-Hmm... -escuché algunos quejidos marchar de su boca y empezó a moverse delicadamente.

Alcé mi vista y di con sus ojos entrecerrados. Esbocé una sonrisa y él no tardó en curvar sus labios, correspondiéndome. Después pasó una mano por su cara y seguidamente por su pelo, que ya estaba algo revuelto.

-Buenos días, Justin -dije en cuanto abrió un poco más los ojos.

-Buenos días, refunfuñona -dijo con una voz grave y algo rasgada-. Tengo mucho sueño... -se quejó cuando un bostezo se abrió paso entre sus labios.

-Y yo... -le seguí. Me había contagiado aquel bostezo.

-Es que ayer fue un día algo movido -me atrajo hacia él y en el contacto sentí cómo todos sus músculos se tensaron. Yo aproveché para pasar un brazo por encima de sus abdominales-. ¿Has dormido bien?

-Muy bien -reconocí-. ¿Y tú?

-También -dijo él, acariciando mi brazo-. Me gusta dormir contigo.

-Pero si solo hemos compartido cama dos veces...

-¿Y qué? -alzó una ceja-. Son suficientes para darme cuenta de que duermo más a gusto a tu lado.

No pude evitar sonreír tontamente. La verdad es que aquello que había dicho era mutuo. Dormir arropada entre sus brazos me propiciaba una seguridad que nunca había tenido con nadie y eso provocaba que mi sueño fuera más profundo y me sentara mejor.

-Supongo que también ayudará este colchón -hice una mueca-. Es muy cómodo.

Y seguramente valía más que todo el dinero que tenían mis padres en el banco.

-Tienes respuesta para todo -agitó su cabeza.

-Soy una chica lista.

El sonido de la alarma empezó a sonar y Justin se giró y extendió su brazos para detener aquel tormento. Cuando le puso fin volvió a su posición anterior y lanzó un suspiro, cansado.

-¿La habías puesto tú?

-Sí, tenía miedo a que se hiciera tarde -mojó sus labios y apoyó su cabeza en la almohada.

-Yo suelo hacer lo mismo... -le conté, acomodándome sobre él. Su cuerpo se convertía en un buen lugar para descansar-, pero he confiado en que te despertarías antes, aunque ha sido al revés.

-¿No ibas a ver a tus padres?

-Sí, he quedado para comer con ellos -recordé-. ¿Tú a qué hora te vas?

-Pues... -se inclinó para mirar la hora- en poco más de cuarenta minutos pasan a por mí.

-¿El mismo chófer que ayer? -pregunté curiosa.