Capítulo 15.

3.9K 179 469
                                    


·Narra Aira·

Empecé un nuevo día de la mejor de las maneras: disfrutando del paisaje mientras paseaba a Chocolate.

Al terminar nuestra pequeña aventura, lo dejé en la cuadra y me encargué de que no le faltara agua a ningún animal. Hacía un calor asfixiante que calaba hasta los huesos y podía llegar a ser peligroso para ellos, así que me aseguré de que todos los recipientes estuviesen llenos.

Cuando me dirigí a casa, sentí unos ligeros pasos tras de mí y al girarme percibí cómo un pequeño gatito me estaba siguiendo. Al parecer, se había colado en nuestro terreno puesto que no me resultaba nada conocido, pero aquí cualquier animal era bienvenido.

-¡Ala! ¡Un gatito! –la voz de mi hermana me sorprendió en cuanto llegué al salón.

El felino se asomó entre mis piernas y Kay se aproximó a nosotros para acariciarle.

-¡Sí! –exclamé poniéndole énfasis y observando desde arriba la tierna escena-, lo he encontrado ahí fuera y me ha perseguido.

-Eso es porque quiere ser tu amiguito –dijo echando su cabeza hacia arriba para mirarme.

-Y el tuyo también –le señalé.

Parecía estar disfrutando de un agradable rato porque cerraba los ojos cada vez que mi hermana pasaba sus dedos por su pequeña cabeza.

-¡Bien! –alargó la "e"-. ¡Me gusta!

-Es muy bonito –añadí yo, sonriendo.

Su pelaje era una mezcla de colores grisáceos que hacían resaltar sus ojos azules. Era de un tamaño considerablemente pequeño, así que intuí que tendría poco tiempo de vida.

-¿Y dónde están su papá y su mamá? –Kay se sentó en el suelo finalmente y lo cogió con cuidado para colocarlo entre sus piernas.

-Pues no lo sé –respondí, encogiéndome de hombros-, a lo mejor están ahí fuera.

-Yo no quiero que lo abandonen –dijo con la voz algo triste y enseguida hizo un puchero.

-No lo van a abandonar –solté sin más para no preocuparle. Era demasiado lista para esas cosas- y si está solo ahora nos tiene a nosotras.

-¿Podemos cuidarlo? –sus ojos se abrieron mucho.

-Claro –asentí, esbozando una sonrisa-, no dejaremos que le pase nada malo.

-Yo lo protejo –esta vez lo acurrucó en sus brazos-. Quiero presentárselo a mamá, ¿me acompañas?

-Es que tengo prisa... -hice una mueca y arrugué mi nariz-. Lo siento, pequeña.

-¿Por qué? –me miró con el ceño fruncido.

-Porque me tengo que ir –me moví nerviosa sobre mis pies-, me están esperando.

-¿Has quedado con Justin? –la voz de mi madre me pilló desprevenida a mis espaldas.

Me giré para mirarla y estaba apoyada sobre el marco de la puerta, con los brazos cruzados bajo su pecho.

-No, con Bibi –me excusé.

Era toda la verdad, pero que sacara su maldito nombre me había puesto increíblemente nerviosa.

-Podrías invitarlo más veces a casa –alzó una ceja y sonrió divertida.

-¡Sí! –la siguió mi hermana-. ¡Y a Esther también!

-Si todas las veces que ha venido ha sido porque vosotros habéis insistido –le acusé, apuntándole con mi dedo índice.

-Parece un buen chico –añadió, soltando un suspiro.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora