Capítulo 38.

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·Narra Aira·

Me revolví entre las sábanas que me atrapaban y un bostezo salió de mi boca a la vez que estiré todas mis extremidades. No sabía cuánto había dormido, ni siquiera si había descansado lo suficiente, pero siempre era poco para mí.

Mis párpados se despegaron con sumo cuidado y la poca luz que me rodeaba se convirtió en una pesadilla. En cuando abrí los ojos, los rayos de sol que se colaron por la ventana llegaron a mí causando una gran molestia.

Me quejé en voz baja y froté mis párpados con mis puños, queriendo volver a encontrarme con los sueños que ni siquiera recordaba.

Entonces, cuando mi vista se aclaró, miré a mi alrededor y caí en la cuenta de que estaba en la habitación de Justin. Volví a girarme y palpé el hueco que había a mi lado. Él no estaba allí.

¿Dónde se encontraba?

¿Por qué estaba yo sola en su cama?

De inmediato, me cubrí con la tela de la sábana para ocultar mi cuerpo desnudo y los recuerdos de la noche anterior me visitaron de golpe, sacándome una gran sonrisa.

Sin duda, no había podido comenzar mejor mi visita a Los Ángeles.

Me incliné hacia un lado para dar con mi teléfono móvil, que descansaba en la mesita, y me detuve a mirar la hora. No era muy temprano, pero tampoco era demasiado tarde. Quizás Justin estaba haciendo sus cosas, aunque... ¿acaso tenía algo que hacer?

-¿Justin? -pronuncié su nombre en voz alta, tímidamente.

A decir verdad, me daba algo de vergüenza la situación. Se me hacía bastante incómodo encontrarme desnuda en una casa ajena y más aún no encontrar al dueño de esta.

-¿Justin? -volví a llamarle, esta vez algo más alto; pero no respondió.

Suspiré frustrada y observé a mi alrededor. Mi ropa interior estaba tirada por el suelo, así que no dudé en levantarme y vestirme con ella. Al menos, no estaba tan expuesta al mundo.

Después, volví a meterme en la cama y decidí revisar las notificaciones de mi móvil. Respondí a un mensaje que me había enviado mi madre preguntándome qué tal iba todo aquí y después entré en la red social Instagram. Empecé a deslizar mi dedo sobre la pantalla para ver algunas fotos, cuando escuché unos pasos cerca de mí.

-Buenos días, dormilona -la voz de Justin sonó algo ronca.

Alcé mi vista y lo vi entrar por la puerta. Enseguida se acercó a mí y se echó hacia delante para dejar un suave beso sobre mis labios. Yo cerré los ojos durante aquella milésima de segundo y sonreí al sentir su tacto sobre mi boca.

-Buenos días -le correspondí y traté de arreglar mi pelo-. Y no soy tan dormilona, no me acabo de despertar.

-Eso no es verdad -frunció su ceño.

-Sí lo es -insistí.

-¿Que te has despertado hace cinco minutos? -se burló y se sentó a mi lado, dejando sus piernas caer fuera del colchón.

-No, hace más -exageré.

Ni siquiera sabía si estaba en lo cierto.

-¿Diez? -alzó una ceja.

-Más -agité mi mano.

-¿Quince? -me miró con una expresión extraña dibujada en su cara.

-Más, más...

-Qué mentirosa -rió-. Si hace veinte minutos estaba viendo cómo dormías.

-Vale -bufé-, está bien... tú ganas.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora