Capítulo 20.

2.9K 167 343
                                    


·Narra Justin·


Nos habíamos alojado en un hotel que se encontraba a mitad de camino para descansar y que el regreso a casa no se hiciera tan pesado. Hacerlo todo del tirón resultaba algo pesado, así que finalmente habíamos optado por coger un avión a primera hora de la mañana para llegar más rápido.

No había dormido apenas, mi cabeza no había dejado de dar vueltas y me encontraba algo mareado. Solo tenía ganas de vomitar y de desaparecer. Mi estado de ánimo estaba por los suelos y estaba experimentando cambios de humor bastante raros. Era extraño todo lo que sentía, pero se mezclaba en mi interior como si fuera veneno y estuviera al borde de sufrir grandes trastornos.

-¿Se puede? –escuché la voz de una chica detrás de la puerta.

-Adelante –dije en cuanto caí que sería el servicio de desayuno.

A los pocos segundos se adentró en la habitación y se quedó mirando mi torso desnudo. En cuanto me percaté de aquello, rápidamente me puse una camiseta negra que descansaba justo a mi lado.

-¿Había pedido esto, no? –preguntó, mostrándome la bandeja que sujetaba en sus manos.

-Así es –le sonreí-. Gracias.

-De nada –se sonrojó y me tendió la bandeja.

No tardó mucho en desaparecer. Me quedé mirando todo aquello que había servido y tragué saliva. Mi barriga rugía debido al hambre que tenía, pero es que había perdido el apetito. El día anterior no había ingerido nada, así que me veía obligado a comer algo aunque fuera solo para llenar un poco el estómago.

Me atreví a probar unas pastas que habían preparado y mastiqué pesadamente sintiendo cada delicia. Estaban realmente buenas, tenían un sabor diferente y dulce que me apasionaba. Comencé a sentirme algo mejor a medida que comía sin piedad y terminé devorando toda la bollería que había sobre la bandeja. Finalmente, pegué un trago al zumo de frutas y coloqué todo sobre la mesita que tenía al lado.

De nuevo, escuché unos golpes contra la puerta y alcé mi cabeza para seguidamente ver a Scooter entrar. Tenía un semblante serio, pero no superaba el mío. Yo estaba jodido y él solo enfadado conmigo.

-Nos vamos ya al aeropuerto –me informó.

Yo asentí con mi cabeza y me coloqué unas gafas de sol que ocultaran mis ojeras. Ni siquiera me atrevía a mirarme en el espejo, debía tener un aspecto horrible.

-¿Todavía no vas a hablarme? –acopló ambas manos en su cintura.

Desde que nos habíamos visto, yo no había musitado palabra.

-Creo que es obvia la pregunta –fue lo primero que dije.

-Ni siquiera te has dignado a saludarme después de un tiempo sin vernos.

-No me apetece desperdiciar mi tiempo con alguien que hace oídos sordos –agaché mi cabeza, pero sabía que su mirada estaba fija en mí.

-Me parece muy mal que te refieras a mí de esa manera –prosiguió, con una pesada voz-. Yo no tengo la culpa de que te descubrieran.

-Pero sí de que ya no esté allí –le ataqué.

Llamé a Esther y ella me obedeció enseguida, siguiéndome. Nos acercamos al ascensor que estaba al final del pasillo y nos adentramos en él. Yo peiné un poco mi cabello ayudándome con mi reflejo y Scooter pulsó el botón para hacernos bajar.

-¿Por qué tardaste tan poco en venir a por mí? –las palabras salieron solas de mi garganta.

No lograba entender cómo llegó tan rápido. O ya lo tenía planeado o...

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora