Capítulo 50.

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18 de noviembre;

Los Ángeles

·Narra Aira·

Acababa de realizar unas pruebas en la agencia de modelos. Al final me había armado de ganas y cada vez me costaba menos imaginarme aquí mi futuro, en Los Ángeles. Estos días de desconexión me habían hecho ver la vida de otra manera y sabía que esta ciudad me podría ofrecer muchas posibilidades.

Fue algo que hablé con Justin y él se alegró de que tuviera esa visión, así que consiguió hablar con los padres de Hannah que no dudaron en ofrecerme otra oportunidad.

-Has estado estupenda -me felicitó Anne.

-Muchas gracias -sonreí a modo de agradecimiento.

-En unos días te comentaremos los resultados -dijo quitándose las gafas de pasta que portaba y las dejó caer bajo su pecho-. Esperemos que sean satisfactorios.

-Perfecto -me giré para abrir la puerta y despedirme de ella-. Entonces ya hablaremos.

-Yo misma te llamaré, ¿vale?

-Vale.

Colgué mi bolso de mi hombro y me dispuse a caminar hasta el ascensor que me llevaría bajo. Presioné el botón de metal y en unos segundos se abrieron sus puertas.

Para mi sorpresa, alguien que no era de mi agrado se encontraba allí.

-Vaya, pensaba que nunca te pasarías por aquí -escupió Hannah.

'Bueno, al menos ese cerebro le da para pensar algo' pensé.

Ella me miró de arriba a abajo, queriendo analizarme. No dudaba en que iba en busca de hacerme sentir incómoda.

-Pues aquí estoy -respondí con sequedad-, que acabo de salir de una prueba.

Ella frunció su ceño y salió del ascensor. Yo todavía no había entrado en él, me había quedado quieta esperando a no compartir demasiado espacio con ella.

-¿Y piensas que te cogerán? -preguntó a modo de burla.

-No sé, pero a tu madre le ha gustado bastante cómo lo he hecho -presumí.

-Eso es porque no sabe de dónde vienes -hizo una mueca desagradable-. Ni siquiera tienes buen gusto para vestir.

-Me alegra saber eso -sonreí, con orgullo-. Ya sé que no tenemos muchas cosas en común.

Me adentré en el ascensor y peiné un poco mi melena mirándome en el reflejo.

-Tranquila, yo también sé que te gustaría tener mi vida -acopló una mano en su cintura, sin dejar de observarme-. Primero me robas a Justin y ahora te juntas con mi familia.

Reí ante sus palabras y ella quedó extrañada al ver que no dije nada. Me quedé callada y pulsé al botón en el que se indicaba un cero, pero antes de que las puertas se cerraran me atreví a despedirme de ella:

-Adiós, Hannah -curvé mis labios-. Mi novio me espera abajo.

La expresión de su cara fue un poema. Juré apreciar cómo le consumía la rabia por dentro y no era capaz de hacer nada.

¿Qué esperaba? ¿Que me dejara humillar? Por supuesto que no, había cambiado y me negaba a ser más la débil. Ahora era más fuerte o eso creía ser. Y aunque me resultara raro ya no me importaba encontrarme con ella, me era indiferente.

Cuando llegué a la planta de abajo me despedí del recepcionista que había allí y salí al exterior. Miré a ambos lados de la calle en busca del coche que me iba a recoger, pero no encontré nada. Todos los vehículos estaban aparcados y ninguno de ellos cumplía con alguna característica de aquel todoterreno oscuro.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora