Capítulo 43.

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·Narra Aira·

Me desperté sobresaltada, con el corazón a mil por segundo y con un montón de miedos resbalando por cada una de mis extremidades. Había tenido una pesadilla, de estas que no consigues recordar a la perfección pero sabes que te van a perseguir el resto del día.

Cubrí mis piernas desnudas con una manta que estaba al borde de caer de la cama y abracé mi cuerpo para refugiarme del frío que sentía. Estaba a punto de tiritar, aunque quizás la temperatura no era tan exagerada como la tormenta que se desataba en el centro de mi estómago.

Me giré hacia la derecha, con la esperanza de ver a un relajado Justin descansando, cuando solo me encontré con la soledad de las sábanas desordenadas y su almohada vacía.

Froté mis ojos con los puños de mis manos con la esperanza de que al abrirlos todo siguiera como días atrás, pero mis ilusiones se desvanecieron al recordar lo que había sucedido entre nosotros.

Una imagen borrosa pasó a la velocidad de la luz por mi mente, haciéndome revivir el momento en el que se había detenido el tiempo. Sus mejillas coloradas, su rostro lleno de rabia, sus ojos más abiertos que nunca, las venas marcadas a lo largo de su cuello aguantando todo lo que en cuestión de segundos destruyó.

A mí.

Perdí mis fuerzas y también la cabeza, pero solo él había conseguido magnificar todas mis emociones y por eso huí de él, de su intento de quizás arreglar las cosas.

¿Estaría arrepentido?

Deseaba con todas mis fuerzas que así fuera, pero me equivocaba. Él no estaba aquí, a mi lado, conmigo. Esta vez estaba yo sola, arrinconada en la esquina de su cama.

Entonces me di cuenta de que sin él nada era lo mismo. Una tristeza inmensa me invadía y a la vez se mezclaba con rabia e impotencia.

Una lágrima resbaló tímidamente por mi mejilla y bajó hasta mi boca, donde pude sentir la sustancia salada. No... no podía contener mis emociones, no podía reprimir lo que sentía, no podía evitar que me doliera estar así con la persona que más me había aportado en los últimos meses.

¿Por qué esto funcionaba así?

Cuanto más duele, más real es todo.

Exhalé un suspiro y decidí frenar la situación que se estaba desencadenando. No iba a permitir que Justin entrara a la habitación y me viera llorando, aunque ni siquiera sabía dónde se encontraba.

Me puse en pie y, a pesar de que al principio me fallaron un poco las piernas, fui en busca de mi ropa. Me había traído una bolsa con todo lo necesario y aproveché para vestirme antes de que fuera tarde.

Al terminar, me dirigí al cuarto de baño para asearme y me miré en el espejo. Todavía llevaba restos del maquillaje del día anterior y es que me había quedado dormida sin querer, así que no dispuse de tiempo para haberlo hecho antes. Una especie de río negro bajaba por las esquinas de mis ojos y me encargué de quitarlo con una toallita.

A continuación, formé una piscina de agua en mis manos que llevé inmediatamente hasta mi rostro. Así pude borrar cualquier resto de lágrimas que había en mi cara, pero se apreciaba perfectamente que no tenía un buen aspecto. Unas pequeñas bolsas aparecían bajo mis ojos y mi cara se veía algo más hinchada de lo normal, junto con mis labios.

¿Y ahora qué se suponía que debía hacer?

Quería marcharme de aquí, pero no tenía manera de desplazarme si no era con el coche de Justin. Y con Justin, por supuesto. Dependía completamente de él y era una sensación que estaba comenzando a agobiarme.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora