Capítulo 11.

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·Narra Aira·

Me desperté abrazando a mi almohada, como si tuviera toda mi fe puesta en ella y me fuera a proteger. Había tenido una pesadilla y no me extrañaba después de lo sucedido la noche anterior. Me había despertado en innumerables ocasiones mientras la luna decoraba el cielo acompañada por esas estrellas que quizás estaban más apagadas de lo normal.

Me estiré desperezándome y conseguí notar algo en la punta de mis pies. Algo rígido. Me despegué de las sábanas que envolvían mi cuerpo, me eché hacia adelante y cogí lo que era una bandeja con un plato de pasta, una manzana y una tableta de chocolate.

Me limpié la cara con mis propias manos y Bibi me sorprendió entrando por la puerta.

-Te he preparado la comida, dormilona –dijo dibujando una gran sonrisa en sus labios.

-Sin duda, eres la mejor amiga del mundo –comenté en un amago de ir a abrazarla, pero fue ella quien se acercó a mí y se sentó a mi lado.

-Lo sé –admitió en un tono divertido-. ¿Qué tal el despertar de hoy?

-Pues... de momento bien –dije apoyando la bandeja en mis piernas y observando la buena pinta que tenían los espaguetis-, gracias a ti.

-Oh, me alegro -expresó orgullosa -. He traído algo de zumo también por si quieres beber –añadió, poniéndose en pie y vertiendo la sustancia en un vaso de cristal-. Pero ten cuidado y que no se te caiga nada, porque si no tus padres me matarán.

-¿Has hablado con ellos? –pregunté clavando la pasta en el tenedor y enrollándola alrededor del utensilio.

-Sí, he comido con ellos antes. Puedes estar tranquila porque no saben nada de lo sucedido, ¿vale? –se anticipó a decir. Sabía que esa era una de mis preocupaciones.

-Menos mal –suspiré después de haber aguantado la respiración por unos segundos-. No pienso contárselo.

-Ni yo –intervino, agitando sus manos-. Si no me quedaría sin mejor amiga de por vida, tendría que cavar un túnel para venir a visitarte porque serías una especie de Rapunzel encerrada en aquella torre.

-Lo peor es que tienes razón –reí.

-Aunque bueno –prosiguió-, tú no tienes el pelo tan largo y ningún príncipe vendría a rescatarte.

-¿De verdad me estás comparando con un personaje de un cuento de hadas? –arqueé una ceja y seguí comiendo.

-Mi imaginación da para mucho después de haber estado esperando durante horas a que te despertaras –cruzó los brazos bajo su pecho y se echó hacia atrás, apoyando su espalda en unos cuantos cojines perdidos.

-Lo siento, necesitaba descansar bastante –me defendí, encogiéndome de hombros-. ¿Qué has hecho en todo ese tiempo?

-Aburrirme y robar tu móvil para hacerte fotos –contestó rápido.

-¿A mí?

-Sí, durmiendo –una risilla nerviosa escapó de sus labios-. Una de ellas la he subido a tu Instagram, pero no me mates.

Mi mirada bastó para que entendiera todo lo que pasaba por mi cabeza en esos momentos. Odiaba que hicieran algo sin mi consentimiento, pero conocía perfectamente a Bibi y no lo hacía con maldad, así que lo dejé estar.

-Mira –me enseñó su móvil. La instantánea aparecía en la pantalla-, no puedes quejarte porque apenas se te ve.

-Está bien –rodé los ojos. No le daba ninguna importancia.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora