Capítulo 44.

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·Narra Aira·

Hacía una hora que acababa de despertarme y seguía algo desorientada. No había hecho más que quedarme tumbada boca arriba a mirar el techo de la habitación mientras repasaba todo lo que había vivido en Los Ángeles.

Aún no podía creerlo.

¿De verdad era real?

El último recuerdo, todavía en el aeropuerto antes de coger el avión, llegó a mi mente haciendo que una sonrisa me visitara antes de darme cuenta.

-FLASHBACK-

Scooter y Bibi habían salido a tomar un poco el aire, así que nos encontrábamos Justin y yo solos en una de las salas de espera.

-Gracias por estos días, Aira -sus manos volaron hasta mi cintura y me atrajeron hasta él.

-No me tienes que dar las gracias por nada -negué con mi cabeza-. Soy yo la que te las tiene que dar a ti. Fuiste tú quien me invitaste y...

-¿Y? -me animó a continuar.

-Es de las mejores cosas que he hecho en mi vida -concluí.

Él sonrió y dejó un suave beso en mis labios. Fue corto, pero con él todo parecía pasar demasiado rápido. Y quizás era porque siempre deseaba que lo que hiciéramos no tuviera una duración limitada.

-Me alegra saber eso -dijo cuando despegamos nuestras bocas.

-Te has portado demasiado bien conmigo -resbalé mis manos por sus brazos.

-No es nada que no merezcas -se encogió de hombros.

-Si tampoco he hecho nada...

-Me has hecho feliz -me cortó-. ¿Te parece poco?

-¿Yo... -tragué saliva- he hecho eso?

-Claro -esbozó una sonrisa-. Desde que te conocí toda mi vida ha cambiado. Y no me refiero a lo que me rodea, si no a mí mismo.

-Eso no me lo habías dicho antes -arrugué mi frente.

-Lo sé -sacudió su cabeza-. Pero eso no importa ahora.

-¿Entonces? -le miré esperando una respuesta.

-Me has devuelto la confianza y la ilusión por todo -subió una mano hasta mi mejilla y comenzó a resbalar la yema de su dedo por aquella zona-. Eso nunca lo había conseguido nadie.

Me quedé en silencio para procesar sus palabras cuando él volvió a agarrarme del rostro y unió nuestros labios. Esta vez me besó lento, sin prisa, como si no importara perder el avión que me llevaba de vuelta a casa.

Mi pecho bajaba y subía rápidamente mientras sentía su tacto sobre mi boca, consiguiendo despertar hasta lo que yo desconocía que existía.

-Tú también me das muchas cosas buenas -susurré en cuanto me alejé un poco para coger algo de aire.

-Pues espero seguir dándotelas -cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos-. Para eso estamos juntos, ¿no?

Mis mejillas se ensancharon y empecé a sentir la electricidad de sus palabras resbalando por mi columna vertebral.

-Por supuesto -me relajé bajo su suave tacto.

Se escuchó el sonido de la puerta al abrirse y me giré para ver a Bibi apoyando todo su peso en el marco. En cuanto sus ojos dieron con los míos, una tos forzada salió de su garganta.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora