Capítulo 19.

2.8K 181 524
                                    


·Narra Justin·

Estaba realmente cansado. Apenas había dormido porque me costó conciliar el sueño y ahora el despertador sonaba convirtiéndose en mi mayor pesadilla. Gruñí para mis adentros y estiré el brazo para acabar con aquello que me taladraba constantemente la cabeza.

Miré la hora y me di cuenta de que no era muy temprano. Pasé una mano por mi cara y junté mis párpados para perderme en la oscuridad. Cuando abrí los ojos me percaté de que Esther había saltado hasta la cama y se encontraba al otro lado de la almohada, observándome detenidamente mientras sacaba su lengua y respiraba algo fuerte.

-Buenos días, pequeña -acaricié su cabeza y empezó a ponerse nerviosa-. ¿Cómo has dormido? Porque yo apenas lo he hecho.

Desde que había comenzado a seguir a Aira en mi red social favorita, no había podido apartar mis ojos de la pantalla de mi móvil. Sin duda, aquello había sido una buena elección, pero también se había convertido en la causante de mi insomnio.

Nunca me había pasado algo así. Sentía la necesidad de verla constantemente, de fijarme en cada pequeño detalle de su rostro, en las pecas que decoraban su nariz y en la apetecible forma que sus labios formaban.

Todavía no podía creer cómo me había controlado tanto. Pensaba y meditaba cada segundo cómo era posible que algo dentro de mí me frenara. Era como si quisiera reservar un momento especial para otra ocasión cuando ni siquiera sabía si iba a haber una próxima.

Lo que me pasaba con Aira nunca me había pasado con nadie. Sentía cosas extrañas, diferentes, que no había presenciado nunca aunque estaban dentro de mí. Ella había despertado sensaciones que sacaban lo mejor que tenía, sin siquiera saberlo.

Pero... ¿era sano todo esto? ¿Se podía remediar?

Cogí mi móvil y decidí hacer una videollamada con Ryan. Hablar con él siempre me sentaba bien, era mi amigo desde que éramos pequeños y no podía sentirme molesto aunque me dijera que era como un grano en el culo. Sabía perfectamente que bromeaba y le gustaba que contara con él para cualquier tontería que pasara por mi cabeza.

En menos de un minuto pude ver mi cara de recién levantado en el icono más pequeño de la pantalla y a él con el pelo mojado y unas gafas de sol cubriendo sus ojos.

-Hey, tío -me enseñó la palma de su mano en forma de saludo-. No esperaba tu llamada.

-Ni yo llamarte -fijé mis labios en una fina línea y después pasé mi lengua por ellos.

-Oh, vaya, me hace sentir muy especial -frunció su ceño y yo reí.

-Siempre me acuerdo de ti de todas formas -me encogí de hombros y apoyé mi espalda contra una almohada bastante cómoda que quedó tras de mí.

-Y yo de ti, tengo ganas de verte -agitó su cabeza.

-Eso suena muy cursi -me burlé.

-Es que estoy enamorado de ti -alzó sus cejas sugestivamente- y más si me llamas sin camiseta.

-Así puedes contemplar una de las siete maravillas del mundo -bajé el móvil para cambiar el plano y dejar ver mi pecho repleto de tatuajes y mis abdominales trabajados al descubierto.

-Me has puesto cachondo, tío -intentó mantener una expresión seria en su rostro, pero al poco tiempo una sonrisa visitó sus labios.

-Es que me acabo de despertar y esta noche hacía mucho calor -moví mi muñeca para que mi cara volviera a ser el foco de atención-. En este pueblo no se puede dormir con pijama.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora