Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]

Capítulo 24.

·Narra Aira·

-¿Por qué tienes que pagar tú todo? -me crucé de brazos, algo molesta.

-Porque ha sido mi idea venir aquí -dijo metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y abriendo la puerta, permitiéndome pasar primero.

-Pues no me parece bien -protesté.

-¿No puedo invitarte sin que te enfades, refunfuñona? -escuché una leve risa saliendo de su boca.

-No me enfado, pero estoy en mi derecho de quejarme si no estoy de acuerdo con algo -fruncí mi ceño y de inmediato sentí un agarre sobre mi muñeca que me hizo frenar.

-Cuando salgas conmigo, acostúmbrate a esto -Justin se colocó frente a mí y pegó su cuerpo al mío.

Sentir la rigidez de sus músculos me hizo quedarme sin aliento. Su rostro estaba a escasos metros del mío y podía notar el aire que salía de su boca chocar contra mi piel.

-No quiero que pienses que me aprovecho de ti o algo así -agité mi cabeza, intentando despejar esa clase de pensamientos de mi mente.

-Si me demuestras lo contrario, ¿por qué iba a hacerlo? -alzó una de sus cejas.

-No sé... -agaché mi mirada, dejándola clavada sobre su camisa blanca-. Seguro que estás acostumbrado a que se acerquen a ti por interés...

-Por eso mismo sé distinguir cuando alguien no lo hace -sonrió dulcemente-. Y ese es tu caso.

Aplicó un suave y corto beso sobre la punta de mi nariz y me quedé algo relajada. Me gustaba que pensara así de mí, no tenía una idea equivocada en su cabeza.

Tras salir por la parte trasera del restaurante después de una agradable cena, empezamos a caminar por un sendero escasamente iluminado. Nos había recomendado el lugar uno de los responsables del restaurante, ya que Justin había hablado con él para pedirle consejo. Buscábamos respirar paz y tranquilidad, sin que nadie se entrometiera en nuestro camino.

-Se nota que estamos a las afueras de la ciudad -comenté aspirando y llenando mis pulmones de oxígeno limpio.

-La verdad es que ahora valoro más estas cosas... -dijo él, mirando al frente.

-¿A qué te refieres? -pregunté con curiosidad.

-Siempre he ido de un lado a otro, he visitado muchos sitios pero me han parecido todos iguales, hasta que se me ocurrió la idea de pasar un tiempo alejado de todo -explicó, acompañando sus palabras con el movimiento de sus manos-. Esa desconexión me ha hecho apreciar más los pequeños detalles.

-Te has burlado mucho del pueblo pero en verdad te encantó estar allí -sonreí.

-Sin duda -se giró para mirarme, atravesándome con esos ojos que ahora se veían algo más oscuros-. Admito que es todo lo que necesitaba.

-Me alegro de que haya sido algo positivo para ti -le dije sincera.

Entonces se giró de inmediato y me tomó por la cintura, acoplando sus manos en mis caderas.

-Positivo es el haberte conocido -susurró, acercándose a mis labios.

-Cuidado, Justin -mis palabras provocaron que se frenara, quedándose a una distancia que me ponía bastante nerviosa-. ¿Estás seguro de que aquí nadie nos puede ver?