Capítulo 13.

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·Narra Justin·

Revisé por duodécima vez mi pelo. Lo dejé completamente despeinado, como a mí me gustaba. Acababa en una pequeña cresta que en pocos minutos se vendría abajo, pero no me importaba, hacía tiempo que pasaba de todas esas formalidades.

Después de mi breve sesión de peluquería observé cómo Aira se acercaba al vehículo a un paso lento. Fue inevitable no fijarme en sus bonitas y estilizadas piernas que se dejaban entrever bajo esa falda color beige que cubría hasta la zona alta de sus rodillas. En la parte superior completaba su look una blusa color blanco roto con un escote en forma de pico (que no dejaba ver nada) y unos pequeños volantes que terminaban en las mangas. Vestía de una manera algo clásica y se había adaptado perfectamente a la situación.

-¿Estás seguro de que me quieres acompañar? –preguntó en cuanto se sentó en el asiento de copiloto-. No tienes por qué hacerlo, eh.

Había venido a recogerla con un coche que acababa de alquilar. La verdad es que iba realmente mal y no era para nada a lo que estaba acostumbrado. El aire acondicionado apenas funcionaba y nos íbamos a abrasar del calor que hacía. Por no hablar de los asientos, que parecían ser de piedra.

-Ya te he dicho mil veces que todo lo que hago es porque quiero –traté de no sonar borde.

-Vale –observé de reojo cómo se mordió el labio inferior. Estaba increíblemente sexy haciendo eso, aunque si se lo decía no me iba a creer.

-¿No me vas a dar un beso? –pregunté girando mi cabeza para observarla. Se había maquillado y se veía algo distinta, pero iba realmente guapa.

-Mis padres están en la puerta –hizo una mueca graciosa.

-¿Y qué pasa? –enarqué una ceja.

-Pues que no quiero que nos vean –respondió como si fuera una obviedad.

-Pero si yo les encanto –una sonrisa de lado tiró de mis labios al pensarlo. Sus padres me trataban especialmente bien y sabía que existía la posibilidad de que les gustara para ella.

-No quiero que vean a su hija besarse con alguien a quien acaba de conocer –frunció su ceño y se acomodó en el asiento.

-Oh, todavía siguen ahí –miré por el espejo retrovisor y comprobé que estaba en lo cierto-. Aquí sois demasiado tradicionales, ¿no?

-Ellos lo son más que yo –señaló hacia atrás y se colocó el cinturón-. Cuando quieras arrancas –comentó a modo de orden.

-Espera, que todavía me falta una cosa –eché el asiento hacia atrás y me incliné para coger un sombrero.

-¿De verdad te vas a poner eso? –preguntó mientras mantenía su boca abierta y una expresión de asombro apareció en su rostro.

-Claro –respondí mientras miraba mi reflejo y lo acoplaba perfectamente a mi cabeza-. Así no me van a reconocer.

-Con eso difícilmente vas a pasar desapercibido –carcajeó, burlándose de mí.

-Así parezco un pueblerino más –esta vez reí yo.

-Oye, que aquí no vestimos así –se hizo la ofendida y me dedicó una mirada asesina.

-Era broma, refunfuñona –llevé mi mano a su muslo y le di un leve apretón-. O a lo mejor no lo es tanto –reí.

-Te odio –murmuró-. ¿Podemos salir ya? Estoy muy nerviosa.

-De acuerdo.

Acoplé mis manos en el volante y decidí arrancar el cacharro ese. Busqué una de mis emisoras favoritas de la radio e inundé el coche de música. A Aira pareció gustarle la canción que sonaba porque empezó a golpear suavemente sus dedos en la ventanilla al ritmo de cada melodía.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora