Capítulo 46.

1.9K 150 133
                                    




·Narra Aira·

Desde que Bibi me había comunicado la noticia, no había sido capaz de decir nada. Todavía lo estaba procesando. No podía creer que le estuviera pasando algo así.

Miles de preguntas me atormentaron aquel día, pero mis labios se mantuvieron cerrados y ni siquiera mi mejor amiga se extrañó. No sabía cómo le había sentado a ella conocer lo que llevaba dentro: ¡una nueva vida!, ni más ni menos.

Por un momento me sentí mal, una vez lo pensé en frío, pero al salir de la clínica estaba tan absorta en mis pensamientos que ni una palabra salió de mi boca. Ni un '¿estás bien?' o un 'pase lo que pase, aquí estoy contigo'.

Nada.

Absolutamente nada.

Sabía que ella era la peor parada en esta historia, pero a mí me afectó bastante.

Lo único que hicimos fue salir de la clínica y regresar a casa. Nos envolvió un silencio que podía gritar por sí mismo, pero dejamos nuestras preguntas en el aire, golpeando nuestras caras llenas de preocupación.

Ahora empezaba un nuevo día. El sol se colaba por la ventana como todas las mañanas y no dudé en tapar mi cabeza con la sábana. Quería aislarme del mundo, quedarme atrapada en la oscuridad y no tener que hacer frente a lo que me esperaba.

Hay días en los que pierdes las fuerzas, te despiertas sin energía y parece que todo te viene demasiado grande. Piensas que no estás hecha para soportar un domingo, porque enseguida viene el lunes y tienen la fama de no traer cosas buenas.

Pero, al final, lo que más vale es la actitud con la que uno está dispuesto a luchar. Y no, hasta que no se juega una batalla no se da por perdida.

Me hice a un lado y alargué mi brazo para alcanzar el móvil que descansaba en la mesita. Desconecté el cargador y desbloqueé la pantalla para encontrarme con cinco llamadas perdidas.

Arrugué la zona de mis ojos, intentando centrar bien mi vista, cuando leí su nombre. Aquellas llamadas eran de Justin y las había hecho el día anterior, justo por la noche. Yo no había podido atender a ellas porque enseguida caí rendida y me dormí después de darle miles de vueltas a mi cabeza. Sí, incluso sentí ganas de vomitar.

Mojé mis labios, dejándolos llenos de humedad, sintiendo lo hinchados que se ponían de buena mañana. Presioné la punta de mi dedo contra la pantalla, dejando mi huella en ella, para llamar a Justin.

Tardó un poco en cogerlo, pero antes de desistir escuché su voz.

-Hola, refunfuñona -dijo vacilante, como siempre.

-¿Estoy interrumpiendo algo? -pregunté antes de nada-. No quiero molestar si tienes mucho trabajo o...

-No -me cortó-. Ahora mismo no estoy liado, pero si lo estuviera preferiría mil veces hablar un poco contigo.

-No seas mentiroso -sonreí, sin querer.

-No miento, tengo la cabeza algo cargada y me viene bien despejarme contigo -admitió.

-Entonces me alegro de que podamos charlar un rato -dije con satisfacción-. ¿Te encuentras bien?

-Sí, es solo que cuando tengo tantas cosas que hacer y tantos sitios que visitar me acabo agobiando -explicó-. Pero no te preocupes, que enseguida se me pasa.

-Menos mal... -rasqué mi ojo con el puño de mi otra mano y un bostezo escapó de mi boca.

-¿Te acabas de despertar? -preguntó con desconcierto.

Diferentes Estrellas #1 [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora