Un llamado de madres.

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Umi Pov.

Hace no mucho que me había casado con Kotori, ella lo es todo para mí, pero un día me hizo una propuesta de la cual no estaba segura dar el siguiente paso...

-¿Y si adoptamos?- pregunto ella con una radiante sonrisa.

-N-no lo sé, todavía no estoy segura de dar ese...- en ese momento observe a Kotori, quien estaba juntando sus manos en el pecho, ella estaba por usar su carta secreta.

-Umi-chan...- ella comenzó a tomar aire. -¡Por favor!- no, no por favor no, esa es mi debilidad.

-...- suspire y observe a Kotori. –Eres injusta Kotori- al final había accedido a su propuesta, pero esa inseguridad seguía adentro de mí.

Días después de eso, fuimos al orfanato más cercano de Tokyo. Era extraño pero un sentimiento me decía que debía ir al patio de aquel lugar, Kotori por lo tanto siguió hablando con la encargada del lugar.

Me adentre al patio del orfanato y pude observar a una chica siendo molestada por otros niños, al ver esto me sentí frustrada y decidí ir a ayudarla, pero alguien más se me había adelantado, una niña de cabello peliazul recogido en una cola, ella sin dudarlo a defender a la niña.

-¡Oigan tontos!- exclamo la niña peliazul.

-¡Ehhh! ¿¡Que quieres!?- el niño fue silenciado por un golpe en su cara, antes de que los demás pudieran reaccionar fueron sometidos por la niña peliazul.

La niña peliazul se acercó a la pequeña niña pelirroja y la ayudo a levantarse.

-¿Estas bien?- pregunto ella.

La niña pelirroja noto mi presencia y de inmediato se ocultó atrás de la peliazul. Me acerque a ambas niñas y comencé una plática con ellas.

-¿Te encuentras bien pequeña?- le pregunte mientras me acercaba a ellas.

-E-estoy bien- me contesto la pelirroja.

-¡Umi-chan!- escuche a Kotori, quien venía hacia mí emocionada.

-¿Qué pasa Kotori?- le pregunte al verla tan emocionada.

-Ya podemos adoptar- me dijo contenta.

-Eso es bueno- dije sonriendo, luego fije mi mirada en ese par de niñas, no sabía porque pero ambas atraían mi atención tal vez porque ambas me recuerdan un poco a mí.

Meses después, conocí a aquel par de niñas, sus historias me conmovieron. Kanan perdió a sus padres en un accidente de barco y ella rescato a su corta edad a la pequeña pelirroja, a quien todos llamaron Riko. Después de escuchar sus historias lo había decidido, quería adoptarlas, cuidarlas y amarlas como una madre de verdad.

Pasó un largo tiempo para poder adoptarlas, había ganado la confianza de ambas chicas y ellas estaban de acuerdo en su adopción, pasado todo el proceso de adopción llego el momento. Habíamos llegado a casa, Riko y Kanan estaban algo nerviosas, pero con el tiempo ambas niñas se acostumbraron.

Ahora es cuando estoy pasando la verdadera prueba de madre, Kotori y yo nos habíamos dado cuenta de la cercanía de Kanan con una chica rubia del extranjero que estaba en su salón, Mari Tojo Ayase. Kotori se dio cuenta que algo entre esas dos decía algo más que una simple amistad, y fue cuando un buen día sucedió...

-Me gusta alguien- dijo Kanan.

-...- Kotori y yo nos quedamos sin habla, ambas sabíamos que este día llegaría tarde o temprano, pero nunca nos imaginamos que fuera tan pronto.

-¿Quién es el afortunado?- pregunte de manera tranquila.

-Afortunada- al momento que Kanan respondió eso escupí mi café.

-Entonces tu...- Kanan al ver mi reacción comenzó a reír.

-See mama, yo también bateo para el otro bando- Riko también se burló de mi reacción.

-Mama deberías ver tu reacción- Riko dejo su libreta para escribir canciones y se acercó a mí.

-Umi-chan creo que deberías dormir un poco- trato de tranquilizarme Kotori.

Esas palabras seguían grabadas en mi mente...

Tenía el presentimiento de que ya conocía a la prometida de Kanan, también dude un poco de la actitud de Riko, ya que ella también se había acercado a una chica extraña.

Kanan Pov.

Había llegado a la escuela, era San Valentín, esta era mi oportunidad para decirle mis sentimientos a Mari. Estaba muy nerviosa, pues ella me había citado en la parte trasera de la escuela (donde casi nadie pasaba).

Al verla, mi corazón comenzó a palpitar demasiado rápido, sabía para que me había citado aquí...

-¡Kanan!- exclamo ella, para luego abrazarme como siempre hace, solo que esta vez su abrazo era diferente.

-¿Para qué me citaste aquí?- pregunte algo nerviosa.

-Bueno yo- ella había comenzado a hablar algo nerviosa, parecía que tenía algo importante que decirme. –Y-yo desde que te conocí siempre te he...- sabía por dónde iba el asunto pero aun así estaba nerviosa, por lo que me acerque a ella con una sonrisa y junte mis labios con los de ella.

-Yo también te amo desde que te conocí- dije para luego abrazarla.

Estuvimos así por un buen rato, hasta que la campana indico que debíamos regresar a clases. En el camino hable con Mari de un asunto que me estaba retumbando en la cabeza, era el hecho de decirle a mi madre acerca de nuestra relación.

-A mí no me molesta, de hecho yo también quería hablar con tu familia- me contesto ella.

-Me alegra que seas tan comprensiva- ambas comenzamos a planear una cena con mi familia y su familia.

Mientras tanto una chica de cabello peliazul fuerte observaba atentamente la plática de ambas chicas...

-Interesante...- dijo ella entre risas.

- dijo ella entre risas

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Bueno ya que estoy aquí quiero informar que me iré de vacaciones y que estaré ausente unos días, pero juro que en cuanto regrese, escribiré lo mas que pueda, sin mas que decir me voy...

One-Shoots Love LiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora