Capítulo 6

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Las semanas se volvieron tediosas a medida que pasaban los días. Los entrenamientos eran la peor parte del día y la culpa no era de los intensos ejercicios, sino de Alaric. A veces, había días que su presencia era mucho más insoportable que otras. El único alivio era posteriormente cuando Nicholas me dejaba en mi trabajo.

Megan y Abrielle se acercaban cada vez más, o sea que cada que tenía un momento con mi amiga, la inmortal siempre estaba con nosotras. Y no me quejo de ella, de todos los Rhode, Abrielle es la más normal. Aunque el término normal haya cambiado bastante en los últimos meses de mi vida.

Northanger a pesar de ser un pueblecito en medio de árboles en Oregón, es fiel a sus tradiciones y siempre se empeñan a hacerlas de lo mejor. Halloween, el día de acción de gracias y el cuatro de julio son celebraciones para todos los locales. Excepto que, en mayo, los de penúltimo grado celebran que llegarán al final del bachillerato, anualmente. Un campamento que llevan a cabo los alumnos, supuestamente no respaldado por la escuela, pero bien, es una tradición, al fin y al cabo. Megan y yo esperamos esa fecha con ansias, o al menos lo hacíamos. Los preparativos apenas empezaban y nosotras no nos habíamos enterado de ello.

- La fogata en Siuslaw es un mes, ¿puedes creerlo? — Dijo Megan mientras le daba un sorbo a su lata de refresco. Estábamos en su habitación y su madre nos había hecho comida árabe.

- La verdad ni siquiera estoy segura de querer ir ahora. — Cerré un libro que estábamos usando para hacer tarea y lo guardé en mi mochila.

- ¿Por qué?

- No sé. — Me encogí de hombros y le dediqué una mirada. — A veces siento que ya esto muy lejos, ¿sabes? Como si todo lo demás fuera algo muy banal... No sé.

- Te entiendo. — Me ofreció la lata de refresco y yo la acepté. — No sabes las cosas que me ha contado Abrielle...

- ¿Ya son tan amigas? — Le di un sorbo a la lata y ella me miró con desaprobación.

- ¿Celos?

- ¿De Abrielle? Para nada. — Negué con la cabeza y dejé la lata sobre la mesa de noche. — Yo soy quien ha estado a tu lado por todos estos años, ¿acaso ella te ha exprimido los granos que te salen en la espalda?

- ¡Fueron solo dos veces! — Gritó y tomó una almohada con la que intentó golpearme la cara, pero yo la atrapé rápidamente y se la arrojé de vuelta.

- No me amenaces, que ahora soy más rápida que tú. — Ella hizo un puchero y se cruzó de brazos. — No hagas eso, te arrugas. — Intentó arrojarme otra almohada y tal como la otra, la atrapé fácilmente.

- ¡Ya! — Me enseñó la lengua y se acomodó contra la cabecera. — Te iba a contar algo.

- Oh. — Acomodé las almohadas detrás de mí y recargué mi espalda en ellas mientras miraba a Megan de frente. — ¿Algo que te dijo Abrielle?

- Sí. — Dejó caer sus brazos a sus lados. — No es de vida o muerte, pero tal vez te interesaría.

- ¿Qué es? — Arqueé una ceja.

- Es sobre Nicholas y Alaric. — Rodeé los ojos. — No, no, Merrick escucha. Me dijo que ellos dos eran mejor amigos cuando eran humanos.

- ¿Y?

- No me quiso contar mucho, pero si mencionó que después de ser transformados su relación cambió bastante. Alaric culpa a Nicholas por ser vampiro y Nicholas lo culpa a él. Pero creo que han estado tanto tiempo juntos, que ahora no pueden separarse.

- ¿Y por qué me dices eso?

- Pensé que tal vez ayudara a entender porque se han comportado como lo han hecho. — Me rasqué la barbilla. — No pueden estar juntos, pero tampoco saben estar solos. Es una relación bastante toxica si me preguntas a mí.

Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora