- Siuslaw, Oregón.
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Al día siguiente me desperté un ar de minutos antes de que mi alarma sonara, pero para mi sorpresa mi madre ya se encontraba despierta y haciendo el desayuno en la cocina.
- ¿Qué haces? — Le pregunté mientras tomaba asiento a la mesa del comedor y comenzaba a comer huevos revueltos que había hecho. Ella estaba de un lado para otro, preparando cosas que luego metía en una bolsita de tela.
- Estoy preparando comida, ya sabes, para la fiesta después de la competencia. — Me había olvidado por completo de eso. Se había juntado la competencia con la fiesta de final de semestre, esta fiesta no era solo para un grado, sino para toda la escuela y en general era un evento para los padres... Toda mi vida había vivido en ese pueblo y jamás había entendido porqué la hacían.
- Oh. — Respondí y tomé un sorbo a mi jugo de naranja. Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Un mensaje de Megan que solo quería asegurarse de que estuviera despierta. En parte me sentía mal por tener que decirle a ella el mismo día que competía, pero necesitaba a mi amiga ahora más que nunca.
- Vas a quedarte, ¿no? ¿O vas a ir con Megan después a algún lado?
- No. — Sacudí mi cabeza. — No dijo nada y creo que su madre estará ahí con sus hermanos, así que nos quedaremos.
- Bien. — Una genuina sonrisa apareció en su rostro. — Hace mucho no pasamos todo un día juntas. — Yo tragué saliva, no quería arruinarle el día tampoco a mi madre con tremenda bomba.
Me apuró a terminar mi desayuno y al cabo de cinco minutos ya estábamos en el auto, de camino al instituto. Frente al edificio había varios autobuses de escuela, estacionados, todos habían venido a la competencia y seguramente se quedarían a la fiesta, digo, ¿Quién no se quedaría en donde te ofrecen comida gratis?
Mi madre estacionó el auto en su lugar frente a la tienda de ultramarinos y bajamos, yo tuve que ayudarla a cargar varias de las bolsas que había preparado, sabrá dios que había metido en ellas. Claro, no era problema cargar con ese peso, pero tenía la curiosidad de saber su contenido.
Dejamos la comida en una enorme mesa con otra mujer que se había encargado de organizar todo el evento y después fuimos detrás de la carpa hacia las gradas. Para ser un pequeño pueblo, con una pequeña escuela, tenía una pista completa de atletismo. No nos costó encontrar a la madre de Megan sentada con los gemelos. Los dos chicos; Jason y Jacob se acercaron corriendo a mí y me abrazaron como saludo antes de volver con su madre.
- Buenos días, Brenda. — Mi madre la saludó antes que yo y se sentó al lado de ella.
- Buenos días, Darleene. — Luego me miró a mí y me sonrió. — ¿Cómo estás, Merrick?
- Muy bien, gracias. — Me senté al lado de mi mamá y tallé mis manos sobre mis rodillas. — ¿Megan está en los vestidores?
- Sí, pero no dejan a entrar a nadie que no sea del equipo.
- Ya. — Asentí y miré hacia la pista. Aunque no tenía las intenciones de contarle aun, quería verla y desearle suerte antes de que comenzara la carrera.
En un par de minutos las gradas se fueron llenando, la mayor parte por gente que venían a apoyar a los equipos de las demás escuelas. Había muy pocos de Northanger, y no podría culparlos, era muy temprano para hacer cualquier cosa, es decir, apenas y tenía un rato que había amanecido. Y de repente vi a Nicholas y a Abrielle subir a las gradas y sentarse al lado de mí.
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Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADA
FantasyDespués de todo lo sucedido con Marianne, Merrick decide que es momento de poner orden en su vida. Para eso decide que debe alejarse lo más posible del clan Rhode, en especial de los hermanos Alaric y Nicholas, aunque estos parecen no estar muy de a...