Capítulo 52

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Podía controlar bastante bien mis reacciones, pero había veces que algunas eran tan viscerales que no podía hacerlo. Pasó antes cuando estaba con Megan en el auto de regreso de Newport aquella fatídica noche, después cuando enfrenté a ese adolescente que había tomado su celular y más recientemente cuando literalmente corrí para detener a Alaric. Ahora estaba pasando de nuevo, mi humanidad se hizo presente. Sentí como mi corazón se subió hasta mi garganta y dejé de respirar por varios segundos.

Tenía demasiado tiempo pensando en Marianne y todo lo que había hecho, que había olvidado que Jordan seguía con ella. Solo que lo recordaba como una de sus marionetas, una pieza de ajedrez para su disposición, ya no como el muchacho que alguna vez compartió clases conmigo. Y ahora estaba de nuevo frente a mí, esta vez siendo el muchacho y no el vampiro, de eso estaba segura.

- ¿A qué te refieres? — Pregunté.

- ¡A eso! ¡Quiero que me mates! — Azotó sus manos sobre la mesa, con la suficiente fuerza para atravesarla con sus manos. Yo no me moví ni un centímetro. — Ya no puedo seguir haciendo esto... Estoy harto. — Fue alzando sus manos, un par de astillas se encarnaron en su piel y él poco a poco fue quitándolas. — Marianne supo lo que hicieron con Megan, ¿sabes? Y está enojada... Demasiado. — Yo arqueé una ceja. Jordan terminó con el ultimo pedazo de madera y luego lo arrojó al suelo. — Ha estado en mi cabeza desde el principio... Yo jamás me lo cuestioné, hasta lo que me obligó hacerle a Megan y luego después; ella logró huir de su maldito control. Yo a duras penas pude hacerlo y ni siquiera sé si está funcionando...

- Logan, espera. — Lo interrumpí. — Te puedo ayudar, te podemos ayudar. Lo mismo que hicieron con Megan lo pueden hacer contigo y...

- No. — Negó firmemente. — No hay garantía de que funcione.

- Va a funcionar, lo prometo. — Insistí. Su voz sonaba desesperada.

- ¡No lo hará! — Su boca comenzó a temblar y sus ojos se veían cada vez más tristes. — Lo que hizo ella es demasiado profundo. ¿Sabes lo que me costó cobrar el control hoy? ¡Semanas! — Se pasó las manos por su cabello, mirando a todos lados menos a mí. — Y ni siquiera puedo saber si ella está viendo todo esto... Podría estar viniendo ahora mismo.

- Jordan, por favor. — Alcé los brazos en señal de sumisión. — Piensa en tu familia, en tu madre... Ella te ha buscado desde el diciembre pasado.

- Lo sé. — Cerró los ojos y suspiró. ­— Pero su hijo murió hace mucho tiempo, es injusto para ella que se siga aferrando a una ilusión. — Otro suspiro y pude jurar que cuando abrió los ojos de nuevo vi un destello en estos, lo que parecía una lagrima. — Le mandé algo, le hice pensar que me había ido por mi propia cuenta y que no volveré jamás. — Tragué saliva.

- Eso es...

- Cruel, lo sé. Pero es más cruel si ve en lo que me he convertido. — Sus ojos se volvieron hacia mí. — En un asesino, en un monstruo.

- No digas eso, estoy segura de que aun puedes recibir ayuda.

- No. — Sacudió la cabeza. En un solo segundo todas sus facciones se endurecieron una vez más. — Y si no me matas ahora, te juro que mataré a tu madre. — Mi voz se fue y mi respiración paró. — Y seguiré matando lo que se ponga en frente de mí. — Amenazó.

- No, Jordan. — Traté una vez más. Una parte de mí quería ayudarlo, esa no se vencería fácilmente pues sabía bien que ese muchacho había sido un daño colateral, alguien más que había sido arrastrado a todo ese desastre. Pero otra parte, mucho más potente, no dejaría que lastimaran a mi madre.

- Sí, Merrick.

Dicho esto, él entró en acción. De una sola patada levantó la mesa de la cocina y la arrojó a mi dirección. Yo solo atiné a cubrirme la cara y girarme para darle la espalda, pero cuando el mueble me impactó terminé en el suelo. Los platos se hicieron trizas, al igual que la mesa. Alcancé a notar los pies de Jordan moviéndose hacia las escaleras, iba detrás de mi madre. Yo grité a todo pulmón y alcancé a tomarlo de los tobillos, haciendo que cayera también, solo que antes de que yo pudiera reincorporarme, él ya me había pateado el rostro.

Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora