Capítulo 7

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      Aún estaba preocupada por Megan, pero no podía ir con ella a decirle que estaba preocupada por ella por la culpa de una pesadilla. Claro, antes mis sueños ya me habían alertado de algo, pero, aun así, si este sueño significara algo, no podía ir con ella y asustarla.

Megan se sentó al lado de mí en la mesa de la cafetería y frente a nosotras Abrielle tomó lugar. Yo estaba comiendo un sándwich de atún, Megan había comprado una hamburguesa que no tardó para comenzar a devorarla y Abrielle también tenía una hamburguesa.

- ¿Puedes comer eso? — Pregunté. Ni siquiera me había dado cuenta que había hablado, había pensado en voz alta. Abrielle soltó una risita y asintió.

- No lo necesitamos, pero no ocurre nada si lo hacemos. — Se encogió de hombros y tomó su hamburguesa. — Además así nos vemos un  poco más normales. Y también es divertido.

- ¿Qué? ¿Comer? — Megan formuló por mí. Abrielle sonrió y asintió.

- Tenemos los sentidos aumentados... A veces los sabores son mucho más intensos, es toda una experiencia. — Enarqué una ceja y miré a Megan, ella además de sorprendida, parecía encandilada con lo que Abrielle le decía.

- ¡Genial!

- A veces ser vampiro tiene sus ventajas. — Ella se encogió de hombros y Megan me dedicó una mirada. Yo rodeé los ojos. A pesar que ambas teníamos buena relación con vampiros, ella sabía perfectamente lo que yo pensaba sobre aquello. Abrielle miró su teléfono mientras masticaba un bocado y luego se levantó de golpe, tomando su bandeja de comida entre sus manos. — Perdón chicas, me tengo que ir... El comité se está reuniendo.

- Debe ser por la fogata. — Dije.

- ¿Qué fogata? — Preguntó ella.

- Cada año los de penúltimo hacen una fiesta en Siuslaw... Por entrar a ultimo año.

- Ya veo. ¿El comité lo realiza?

- Sí... Pero no es una actividad oficial de la escuela. — Concluyo yo.

- Oh... Se oye divertido. Mayo está a la vuelta de la esquina. Las mantendré informadas, chicas.

- Eso espero. — Dijo Megan. Abrielle se despidió de nosotras y después desapareció por la cafetería. Megan volvió a centrar su atención en su almuerzo.

- Oye. — Tomé su muñeca, ella alzó una ceja y me miró confundida.

- ¿Qué pasa? — Abrí la boca, pero nada salió de ella. — ¿Qué pasa, Merrick? — Insistió.

- Megan, ten cuidado, ¿sí?

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Pasa algo?

- Solo hazme caso, Megan, promételo por favor. Cuídate.

- Pero dime que sucede. — Ella comenzó a desesperarse.

- Tengo un mal presentimiento. — Admití. Ella encarnó una ceja. — Probablemente no sea nada, seguramente estoy equivocada, pero promételo, Megan. Ten mucho cuidado, ¿sí? Y si ves o sientes algo extraño llámame enseguida.

- Bien. — Dijo ella un poco molesta. — ¿Alguna vez te has preguntado si tienes algún tipo de paranoia patológica?

- Megan, hablo en serio. En el mundo en el que vivimos...

- Lo sé. — Bajó su hamburguesa y luego me tomó las manos. — Lo sé, Merrick, pero no podemos vivir preocupándonos por lo que pasará después, por lo que podría pasar. — Abrí la boca para contestar, pero ella no me dio el tiempo para hacerlo. — Tenemos que vivir nuestras vidas de nuevo, Merrick. O al menos tratar de hacerlo. — Me dejó sin palabras. La boca de mi mejor amiga estaba llena de razón. Quizás mis miedos eran solo eso; miedos. — Voy a tener cuidado sí, quédate tranquila. Te llamaré si un monstruo me espía desde el armario. — Sonreí y negué con la cabeza.

Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora