Capítulo 28

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Megan regresó hasta al sofá, sin decir más nada, pero no pasó mucho para que Abrielle regresara con algo de ropa para ella. Yo me quedé inmóvil en el lugar donde estaba, sin decir nada, pero sin dejar de verla. Sentí un escalofrío recorrer toda mi columna y una sensación indescriptible se apoderó de mi cuerpo, pero no era nada bueno, eso sí lo sabía.

- Si quieres tomar un baño puedes usar mi habitación. — Abrielle le ofreció y Megan respondió asintiendo con la cabeza, tomó la ropa que le habían dado y pasó al lado de mí para salir de la biblioteca, pero apenas me miró cuando lo hizo.

De pronto me encontraba sola en esa enorme biblioteca y me sentí abrumada. Como si apenas pudiera racionalizar lo que acaba de pasar. Megan ahora era una vampira, uno de ellos y no sabía cómo sentirme al respecto. Diablos, había visto morir a Rachel solo unas horas antes y luego vi una transformación. Vi a Megan transformarse.

Sacudí la cabeza, obligándome a alejar esos pensamientos, porque sabía que o me llevarían a ningún lugar bueno. Tomé una bocanada de aire y comencé a recoger, recogí las dos bolsas vacías, pues no había mucho más que pudiera hacer.

- Merrick. — Escuché la voz de Alaric detrás de mí y me volví en redondo. — Deja eso, nosotros lo limpiamos.

- No. — Fui hacia el sofá para tomar el vaso y comencé a caminar hacia la cocina, aunque no tenía completamente pensado que hacer con las bolsas vacías. Mientras tanto podía escuchar a Alaric caminar detrás de mí. — ¿Qué hago con esto? — Finalmente pregunto. — ¿Qué se supone que hacen con esto?

- Dame eso. — Se acercó a tomar las bolsas de mis manos y las arrojó a un cesto que estaba colocado de manera muy particular detrás de una puertecita, mientras que había otro cesto de acero inoxidable colocado a fuera. — Ya está. — Se dio vuelta y luego se me quedó mirándome por unos segundos y cuando iba a decirme algo, lo interrumpí.

- ¿Cómo estás? — Frunció el ceño.

- ¿Qué?

- Rachel. — Mascullé. Había tanto que había pasado, que era imposible que solo una persona se sintiera de la misma manera que yo.

- Oh... — Dudó. — Quien más está sufriendo su muerte es Lionel.

- Pero tú...

- No puedo detenerme a pensar que Marianne la asesinó, aun hay cosas que hacer. Tu amiga necesita ayuda. Y como ya dije, quien verdaderamente sufre su muerte es Lionel. — Sentí su mirada recorrerme de pies a cabeza. — Y creo que tú también necesitas un baño. — Llevó una mano a mi mejilla y pasó su dedo pulgar debajo de mis ojos. — Ni siquiera puedo ver tus ojos con tu maquillaje por todo tu rostro.

Cuando hizo contacto mi piel, todo mi cuerpo se paralizó al igual que mi cerebro y por dos segundos solo pude ver sus ojos azules. Tragué saliva y sacudí la cabeza, dando un paso hacia atrás, mientras yo misma pasaba mis manos por mis mejillas para ver que tenía razón; las sombras oscuras que había escogido para maquillar mis ojos estaban por todos lados menos en mis parpados.

- Bueno, mi maquillaje no era prioridad.

- Al menos deberías quitártelo, cuando Megan regrese ni siquiera podrá reconocerte. — Rodé los ojos y me crucé de brazos.

- ¿Dónde está Lionel?

- No lo sé, ha estado dando vueltas por toda la casa.

- Salió. — Respondió una tercera voz, Nicholas. — Tuvo que ir a la alcaldía.

- Oh. — Me mordí mi labio inferior. Quería hablar con Lionel, agradecerle por brindar ayuda a Megan y decirle cuanto sentía lo de Rachel, pues a fin de cuentas yo fui quien la vio morir. — Bueno... — Comencé a balbucear. — Megan, ¿Dónde está?

Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora