Capítulo 30

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ALERTA: VIOLENCIA/ESCENAS GRÁFICAS

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La mano de Alaric rodeaba mi brazo mientras me llevaba hacia un reluciente auto negro. Mis ojos no podían dejar de mirar a Ashton en el suelo, quien lucía desconcertado y luchaba por mantener la muñeca de Nicholas lejos de él. Podía imaginarme fácilmente lo que pasaría con él a continuación; Nicholas lo curaría con su sangre y al mismo tiempo haría el vinculo para poder hipnotizarlo y hacerle olvidar sus recuerdos.

Subí al asiento del copiloto y antes de que pudiera colocarme el cinturón de seguridad, Alaric ya estaba abordo y había encendido el motor. Se escuchó un gran rugido y salimos disparados hacia la carretera.

- Tenemos que darnos prisa. — Dije mientras miraba por la ventana. El cielo se estaba tornando anaranjado, no tenía ni una sola nube.

- Si entró al bosque lo hizo para huir del sol.

- No hay manera que esté en Northanger. — Agregué. Al correr debía de esconderse de la luz, debería seguir en el bosque. — Si sigue corriendo hacia la misma dirección llegará a Newport. — De pronto algo me golpeó, si Megan llegaba hasta Newport corría el riesgo que Garreth y Broderick la atraparan. — Mierda.

- ¿Qué? — Alaric preguntó, pude percibir un verdadero tono de preocupación en su voz.

- Garreth y Broderick, los puse en alerta sobre Marianne. ¿Recuerdas? Cualquier vampiro que pise Newport... Irán tras de él. Megan va hacia Newport... Alaric, tenemos...

- Tenemos que encontrarla antes que ellos lo hagan. — Concluyó por mí. ­

Su pie presionó más a fondo el acelerador y los arboles en los costados de la carretera rápidamente se volvieron un borrón verde. Pasamos el pequeño pueblo de Northanger. El auto iba a toda velocidad, pero aún así sentía que no iba lo suficientemente rápido. Miles de pensamientos iban y venían a mi mente y mi corazón latía mucho más rápido que las llantas.

Había fallado en proteger a Megan antes, no podría fallarle ahora. Tenía que encontrarla antes de que la encontraran y le hicieran daño, tenía que encontrarla antes de que ella le hiciera daño a alguien más. Entonces se me ocurrió algo que probablemente era demasiado estúpido para que pudiera funcionar; tal vez podría llamar a Garreth y rogarle que no hicieran nada, podría inventarme una excusa para convencerle que levantara cualquier tipo de vigilancia que habían puesto, por un día, solo por esta noche.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo y comencé a buscar el número de Garreth, rezando que hubiera guardado su contacto. Tendría que cambiar esa mala costumbre de no guardar los números en mi agenda, más debido a que en mi vida estaba llena de situaciones como esas y necesitaba llamar a alguien. Había localizado el número y estaba a punto de presionar para marcarlo, cuando sentí un tirón.

El auto frenó de golpe y mis reflejos rápidamente se activaron, usando mis manos para detenerme en el tablero, aunque también el sistema del cinturón se había afectado y no me permitió realmente chocar contra el auto, pero si me llevé un buen golpe.

- ¡Carajo, Alaric! — Miré hacia al suelo, donde ahora estaba mi celular. — ¿Qué demonios? — Él no me respondió, tenía la mirada fija al frente y enseguida volteé también. Sentí mi corazón llegar hasta mi estómago. Cientos de cosas pasaban por mi cabeza, pero no, no podía ser ella.

Frente a nosotros estaba una camioneta roja, se había desviado del camino y había chocado contra uno de los árboles del camino. Desde donde estaba podía ver que la puerta del conductor estaba abierta y una nube de humo salía del cofre.

Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora