El café tenía la responsabilidad de mantenerme despierta ya que era la segunda noche que pasaba son dormir y dadas las situaciones consideraba que hacerlo tenía cierto grado de egoísmo. Nicholas me había acompañado mientras bebía el tan preciado líquido, sin decir nada, solo acompañándome y haciéndome sentir un poco mejor.
- Oye. — Llamé su atención, él me volteó a mirar. Sus facciones parecían estar suavizadas y hasta tenía una pequeña sonrisa asomándose en su boca. Sus ojos grises me examinaron y alzó una ceja.
- ¿Sí?
- ¿Puedo preguntarte algo? — Él asintió. Desvié mi mirada un momento y tomé una bocanada de aire mientras trataba de pensar en alguna manera que lo que quería preguntar no se escuchara terriblemente mal. — Es sobre Rachel... — Sus cejas se alzaron en sorpresa.
- Está bien, Merrick. Puedes preguntar lo que quieras.
- Bien. — Volví a suspirar. — ¿Cómo lo haces? Quiero decir, ¿cómo lo hacen? — Enarcó una ceja, dándome a entender que claramente no me estaba entendiendo. — Sé que ha estado pasando demasiado últimamente, todo es un maldito desastre... Pero no puedo no detenerme a pensar en ella, en Rachel. —Frunció el ceño, pero no me respondió nada, así que continué. — Ahora mismo lo que más me preocupa es Megan, lo sabes. Todo lo que he estado haciendo lo hago pensando ella, en como puedo ayudarla, pero... No quiero que alguno de ustedes piense que no me importa lo que pasó con Rachel. — Cuando finalicé esa oración sentí el aire abandonar mis pulmones. — Siempre se portó increíble conmigo, como si me conociera de toda la vida, de una manera en la que yo jamás lo hubiera hecho. — Mis manos cubrieron mis codos, mis ojos bajaron a la barra mientras que los grises de Nicholas quedaron sobre mí. — Siento que le debo, ¿sabes? Pude agradecerle esa misma noche, pero... Maldita sea, la vi morir. Murió enfrente de mis ojos, yo quise hacer algo, pero no pude... — Mis ojos comenzaron a doler, amenazando con lágrimas, pero luché contra estas. Sentí la mano fría de Nicholas colocarse sobre la mía, de alguna manera buscando darme apoyo. — Pienso en eso todo el tiempo, ¿sabes? Pero solo puedo actuar... Así soy yo, Megan... Quiero ayudarla, es mi prioridad y... — Sus dedos apretaron los míos, haciéndome voltear para mirarlo.
- Está bien. — Susurró, aun in que se le borrara la media sonrisa. — Quieres a Megan, es tu familia, darías todo por ella. — Asentí en respuesta. — Rachel fue lo mas parecido que tuve a una madre. La mía murió cuando yo tenía cinco años y no recuerdo mucho de ella, pero eso no es lo importante ahora. — Suspiró y desvió la mirada hacia abajo, igual que yo lo había hecho antes. — He visto morir a mucha gente a lo largo de los años, he querido a personas y las he visto morid. Y a pesar de que ha pasado tantas veces, jamás dejará de doler... Creo que a cada siglo que pasa se hace peor. Solo que aprendes a aceptarlo, la muerte es permanente... O al menos lo es la segunda vez. — Sabía a lo que se refería con ese comentario. Megan había muerto para convertirse, pero como cualquier otro vampiro, existía la forma de morir definitivamente, aunque tuviera que ser provocada específicamente por alguien más. — Todos tenemos una forma diferente de luchar con el luto y como vampiros, o al menos en la mayoría de los casos, seguimos adelante. Creo que sirve de recordatorio de que no somos tan inmortales como solemos creer. — Su mirada se cruzó con la mía. — Sientes su muerte, pero no te detienes, no dejas que el dolor te manipule. Haces lo que se tiene que hacer y puede que eso sea gracias a que eres una cazadora o lo que sea, pero compartes eso con ella. Quizás por eso Lionel está tan tranquilo, tan decidido a ayudarte a ti y a tu amiga. Ve algo de Rachel en ti.
Fue entonces que, por primera vez en días que sonreí. No fue una sonrisa entera, solo se alzaron ligeramente las comisuras de mis labios, pero ese sentimiento estaba ahí. Nicholas había hecho que me sintiera mejor, que se despejara algo que había estado persiguiéndome. De repente escuché un sonido, alguien aclarándose la garganta justo frente a nosotros, probablemente estando tan absortos en nuestra conversación ni siquiera nos habíamos percatado que alguien había bajado las escaleras.
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Caza Roja - Transfusión parte II | TERMINADA
FantasiDespués de todo lo sucedido con Marianne, Merrick decide que es momento de poner orden en su vida. Para eso decide que debe alejarse lo más posible del clan Rhode, en especial de los hermanos Alaric y Nicholas, aunque estos parecen no estar muy de a...