Stiles.
Leila fulminaba a Scott en el camino hacia casa, este había estado todo el trayecto preguntándose si Allison lo odiaba, apreté levemente el volante, en cualquier momento perdería la paciencia. Leila lo amenazó con golpearlo y así sacarle cada uno de sus dientes, mi mejor amigo palideció. Vamos, nunca podríamos con un hombre lobo, pero ella era intimidante.
— Dudo mucho que te odie, además, Audrey intentó salvar tu trasero de darle una explicación, y según me contó Allison, confía en ella. Sólo debes disculparte—. Comentó Leila, la miré de reojo mientras le sonreía a Scott, intentando animarlo.
— Quizás deberías decirle la verdad y explicarle que eres un maldito hombre lobo, ya sabes, las chicas se vuelven locas con el hecho de que serán novias de un chico sobrenatural que las defenderá de todo—. Comenté sarcástico, ellos se quedaron en silencios lanzándome una mirada fulminante. Pues, no será una opción, supongo. — Vamos, si tenemos que encadenarte nosotros mismos cada luna llena y darte de comer ratones vivos, lo haremos. Una vez tuve una boa, será sencillo—. Le ayudaría con el tema del hombre lobo, para eso son los mejores amigos, para apoyarse en todo.
— Volviendo al comentario de las chicas con novios sobrenaturales, ¿alguna vez has visto como son los actores que usan para las novelas de hombres lobos y vampiros? ¡Madre mía, que bombón!—. La miramos unos segundos, definitivamente mi prima era un caso perdido. —Aburridos, Audrey si me entiende, por ello siempre está en el campo de lacrosse—. Comentó, tanto Scott como yo nos giramos ante la mencionada, desde el asiento trasero Leila nos miró confundida.
— ¿Audrey Lawson es como tú? ¿Toda enamoradiza, imperactiva y con una adicción a ver traseros de chicos?—. Pregunté horrorizado, ya tenía mucho con una Leila, no quería dos. Aunque Audrey fuera agradable, no había pensado así de ella. Leila negó.
— No, le gusta un chico que está en su equipo, aunque nunca ha mencionado su nombre. Audrey es todo lo contrario a mí, si esa es su pregunta. Por ello somos mejores amigas, ambas nos complementamos. Aunque si le gusta ver traseros de chicos—. Comentó, dejé escapar un suspiro de alivio. Espera, ¿dijo que le gusta alguien del equipo de lacrosse? por supuesto que sabe quién es, es su mejor amiga. —No Stiles, no lograrán sacarme información sobre el chico que le gusta a Audrey—. Y se bajó del jeep, cuando lo aparqué frente a su casa. Al menos lo intenté.
-o-
Ahora si estaba preocupado, no sólo tenía que cuidar que Scott no matara a nadie, sino que también debía protegerlo del papá de Allison Argent, quien era un cazador de criaturas sobrenaturales, pero no cualquiera, aquel que le clavó una flecha en brazo. Mi amigo tuvo un pequeño ataque de pánico, me las arreglé para calmarlo. Era un problema que debíamos preocuparnos luego, estaríamos bien. Ahora es titular y debe enfocarse en dar lo mejor de sí.
Fue realmente cuidadoso al jugar, lo hacía lo más lento posible para no dañar a nadie y convertirse en lobo frente a todo el equipo y personas que estaban en las gradas. Pensándolo bien, ahora que estamos, puedo saber quien es el chico del cual Audrey está enamorada si la pillo mirándolo. Fruncí el ceño, Audrey no estaba al lado de Leila como de costumbre. ¿Había faltado? Me pregunto si Derek Hale tiene algo que ver.
Justo cuando miré a Scott se alejaba hasta los vestidores, dejando a un Jackson tirado quejándose del dolor. ¿Qué había pasado? Lo perseguí junto a Leila, tenemos un problema.
Sus ojos se tornaron dorados, y sus colmillos sobresalían de su boca. Caminó en cuatro patas sobre los casilleros metálicos preparándose para atacarnos. Saltó sobre nosotros, y empujé a Leila para evitar que le haga daño. Justo cuando me gruño, alguien se sitúo frente a nosotros y lo roció con un extintor. Scott volvió a su estado normal y nos miró confundido. —¿Leila? ¿Stiles? ¿Audrey? ¿Qué paso?—. Yo seguía algo shockeado de ver a Audrey respirar hondo, como si hubiera corrido un maratón. Leila se levantó y se abrazó a sí misma, asustada.
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¡Oye, Stiles!
FanfictionHay dos tipos de personas que no pueden mirarte a los ojos; Alguien tratando de ocultar una mentira. Y alguien tratando de ocultar su amor. Audrey Lawson era la segunda, esta enamorada de Mieczyslaw Stilinski desde que estaban en jardí...