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Mason. 


Dejo las cosas en mi maletero, para luego subir al auto y encender el GPS. —Ve a la calle Cyclone y dirígete al norte—. Ordena la voz computarizada de una mujer. Manejo con la vista al frente hasta que en suena la pantalla con el nombre de Liam en el centro. 

Atiendo. —¿Ha funcionado?—. Pregunta. Miro el retrovisor. —Sí. Nolan está justo detrás de mí—. Digo. Vuelvo la vista al frente. —Como, literalmente detrás de mí. Conduce un auto rojo brillante. En realidad, es horrible en esto—. Comento divertido. 

— Vale, solo ten cuidado—. Pide. — Vale—. Respondo para luego colgar. — En kilómetro y medio, gire a la derecha en la avenida Oak—. Vuelve a ordenar la voz. 

Me detengo justo en frente de la camioneta donde bajan Theo, Lottie y Liam. —Oye, ¿cómo de cerca está?—. Pregunta Liam. —Está girando por el camino. No mires—. Le digo. Toco el botón para abrir el maletero. —¿Debería ir con ustedes?—. Cuestiono. 

—Sus amigos disparan a matar. Vete a casa—. Ordena Theo cargando la comida. Vale, me perderé toda la diversión. Suelto un suspiro. — Tiene razón, estaremos ocupados para vigilar que nadie te intente lastimar—. Dice Lottie. — Vale. Lydia me mataría si algo le pasa a su auto, así que...—. Liam me interrumpe. — No te preocupes, Nolan hará el resto. 



Lydia. 


Recibo el mensaje de Mason. —Ha funcionado—. Digo girándome a mirarlos. —Ya era hora—. Malia va a abrir la puerta, Scott la detiene. —Espera—. Malia lo mira. —También los oigo—. Los miro confundida. —¿Oír que?—. Cuestiono.

—Latidos—. Contesta Scott. — ¿Cuántos?—. Pregunta Argent. — ¿Diez?—. Intenta adivinar. — Más—. Dice Malia. — ¿Vamos a entrar o no?—. Le pregunto a Argent. 

— No. La armería debe estar vacía por ahora—. Responde Argent. — Podemos derrotar a algunos cazadores si tenemos que hacerlo—. Dice Malia. Argent se gira a mirarla. — Estamos tratando con una docena de cazadores bien armados que tienen órdenes de matarlos a primera vista—. Todos nos quedamos en silencio ante la declaración de Argent. 

— Entonces, ¿cómo se supone que vamos a entrar?—. Cuestiona Malia. 


Liam.  


—Son sólo Nolan y otros dos más. Esto no va a funcionar—. Le digo a Theo. —¿Dónde están los refuerzos?—. Cuestiona Lottie, la miro. —¿No deberían haber unos 20 de ellos?—. Cuestiona Theo. 

—Bueno, nos vieron y no van a creer a Nolan—. Digo. — Vale. Entonces tienen que creerle, ¿no es así?—. Grita Theo. — ¿Por qué estás chillando?—. Le pregunto. — ¿Tienes algún problema? Es verdad, tú siempre tienes algún problema—. Vuelve a gritar.

Enarco las cejas mirando a Charlotte, quien se encoje de hombros. ¿Habían hecho un intercambio de mentes?.  —¿Qué estás haciendo?—. Cuestiono. — ¡Cállate!—. Me golpea. — ¿Lo ves, Scott? El pequeño beta ni siquiera puede aguantar un puñetazo. ¿Y qué piensas, Malia? ¿Crees que puedes cogerme?—. Me sostengo la mandíbula. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora