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Audrey. 

Una figura desconocida me está observando, sus ojos son azul eléctrico que sobresalen en la repentina niebla que se ha formado gracias a la lluvia. Suelta un gruñido en mi dirección, cada paso que da resuena en mis oídos. Hay un gran charco frente a mí pero el reflejo de mi persona es el de una niña de 9 años. Alzo la mirada al tiempo que la bestia suspira logrando despeinarme. Cierro mis ojos con fuerza esperando que me ataque, sin embargo, nada pasa. Cuando me tomo la valentía de volverlos a abrir esta sigue en la misma posición.

Ladeo la cabeza llevándome la sorpresa de que la bestia me imita. Sonrío y alargo mi mano para tocarla al tiempo que se desvanece en miles de estrellas que logran distraerme, algunas voces me desconciertan, me quedo ciega unos segundos. Poco a poco recupero mi visión para reconocer frente a mí nadie más que Sebastien Valet. — ¿Por qué estás aquí? Le haces daño a las personas. 

— Mi objetivo aún está incompleto, una vez completado me iré para nunca más regresar—. Dice en tono decidido para luego volverse borroso. —¿Es una promesa?—. Le pregunto en un grito, este se detiene y se gira para observarme. 

— Es una afirmación, Audrey—. Mi expresión es de sorpresa al ver que conoce mi nombre. — ¿Cómo te conozco? El origen de la bestia es tan misterioso como tu caso del asesinato de Oliver Weasley. ¿Por qué tus ojos no se volvieron azules hasta que tu sangre Alfa despertara? Eso es porque yo renacería en él y en lugar de una asesina; eres lastimosamente la salvación de ese tiempo. La caza no es asesinato—. Explica. 

Arrugo la nariz. —¿Quieres decir que lo asesiné voluntariamente?—. Él asiente. —Eres el producto de un Lawson y una Valet; tu padre era el mejor de los lobos, tu madre era la mejor cazadora. Sabes lo que dicen; Los opuestos se atraen. 

Y desaparece en un humo negro al tiempo que despierto en la habitación de Stiles. 

Los ronquidos de Stiles me sacan de mis pensamientos, alzo una ceja en su dirección. La delgada línea de roncar y ser una Harley Davidson. Incapaz de volver a conciliar el sueño me pongo de pie dirigiéndome a la cocina a tomar un vaso de agua, me quedo unos minutos pensando sobre el sueño. Alguien toca mi hombre obligándome a dar un salto del susto. —Ashley, ¿qué haces aquí?—. El chico se encoje de hombros dándole un mordisco a la hamburguesa que tiene entre sus manos. 

 Recuerda que podemos sentir cuando tienes problemas tanto físicos como psicológicos. En fin, ya que también estaba despierto vine a asegurarme de que todo se encuentre en orden—. Asentí. — Estoy preocupada respecto a Mason, de seguro están experimentando con él. ¿Por qué estás comiendo una hamburguesa a las 4:00a.m?—. Ashley traga antes de contestar. 

— Lo encontraremos. Porque cada vez que despierto en la madrugada tengo que comer algo, una costumbre que obtuve gracias a ti—. Dice sarcástico. —Ya sabes, tú siempre despiertas en la madrugada para tomar un vaso de agua y así pensar mejor cuando hay algo que te molesta. Y se hizo costumbre acompañarte. 

Palmeo su hombro. —Lo siento—. Él niega. —No hay problema, suelo quedarme despierto para ver el amanecer y luego vuelvo a dormirme—. Le resta importancia. 

— ¿Por dónde has entrado?—. Al reconocer la voz de Stiles, ambos dirigimos nuestra mirada a las escaleras. Ashley se acerca a tomar un vaso de agua antes de responder. —Tengo una copia de la llave de Audrey—. Dice. 

Stiles asiente y posa su mirada en mí. —¿Tienes una copia de mis llaves?—. Pregunta divertido. Es mi turno de encogerme de hombros. —Algunas veces no estoy de humor para colarme por tu ventana y tú tienes la copia de mi llave de la cabaña—. Demando alzando una ceja.  

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora