35

557 43 3
                                    


Audrey. 


—  ¿Qué quieren qué?—. Cuestiona Melissa. — Los informes médicos de Claudia. Solo un minuto, sabemos que es mucho pedir—. Pide Lydia. — Está ahí arriba. Está muy arriba—. Dice Melissa. 

— Por favor, Melissa. Sabes que no te pediríamos algo así si no fuera tan importante—. Suplico entrelazando mis dedos bajo mi barbilla, parpadeando rápidamente. Melissa sonríe, cosa que es una buena señal. — Eso solo funciona con Scott, Audrey—. Dejo escapar un suspiro. 

— Como la más informada de las dos, tienes que confiar en mí. Hay vidas en juego—. Comenta Natalie. — Dejar que ustedes tres miren informes médicos privados va completa y totalmente en contra de las reglas del hospital—. Indica Melissa. —Así que, mejor hagamos esto rápido—. Agrega. Celebro silenciosamente junto a Lydia. 


Charlotte. 


Me he detenido al notar que el olor se intensifica. —¿Lo has perdido?—. Me pregunta Chris. Niego suavemente. —No lo sé. Quizás. Es como si estuviera aquí mismo—. Contesto confundida. 

— Pero Nathan no...—. Comienza a decir Argent. — Sigue aquí. Lo sé—. Le interrumpe Malia quien se acerca hasta la pared frente a nosotros. — Nathan, sé que estás ahí—. Dice a la nada, y puedo oler la desesperación en el chico. 

— ¿Cómo?—. Pregunta del otro lado. —Quédate ahí, iremos por ti—. Le dice Malia. — No, no vengan—. Dice en tono molesto el chico. Escucho sus pisadas constantes dando a entender que está corriendo. 

— ¡Oye, deja de correr!—. Grita Malia. — ¡Vas a guiarlos directo hacia nosotros, grandísimo idiota!—. Añado malhumorada. Al no escuchar sus pasos, me alarmo. — ¡Nathan!—. Grito, Malia corre en su dirección. 

Malia se detiene. —Dispárale—. Le ordena a Argent. —¿No has escuchado mi historia?—. Le pregunta incrédulo. —Hiérele, a mí me has herido—. Dice Malia. 

— Malia, tú te curas. Si quisiéramos matarlo sólo lo entregaríamos en bandeja de plata a los jinetes fantasma —. Indico. — Es cierto, estamos perdiendo tiempo, andando—. Ordena Chris.

Sigo el rastro de Nathan, hasta que escuchamos como intenta salir por las escaleras. —¡Nathan! ¡Podemos mantenerte a salvo!—. Grita Malia intentando convencerlo. —Chorradas. Me voy de aquí—. Dice el chico escalando hasta llegar a la rejilla.

Cuando ha llegado a la cima, que ha salido, un humo conocido verde toma su lugar. Chris saca su arma al tiempo que tres jinetes se adentran al túnel. Sacan sus armas, apuntándonos. Nos miramos entre nosotros, hago mis ojos brillar dispuesta a luchar. Malia suelta un rugido, Chris comienza a disparar. 


Audrey. 

Melissa revisaba los informes médicos desde la computadora. —Lo siento, chicas. Según los informes médicos, Claudia nunca tuvo hijos—. Nos dice. —Bueno, pero tuvo demencia frontotemporal—. Indica Lydia. — Debe haber un error—. Murmura Melissa. 

— ¿Hace cuánto? Parece estar bien—. Pregunta Natalie. — ¿Diez años? Me sorprende que siga viva, en serio. Es un milagro—. Contesta Melissa. — Algo que he aprendido a lo largo de mi vida de Beacon Hills, es que no existen los milagros. Esto no me cuadra—. Digo frunciendo el ceño. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora