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Acompañaba a Stiles hasta el Jeep, mientras pateaba las piedras con la mirada baja. —Lamento no haberte conseguido una entrada, Lawson—. Dice Stiles, por el rabillo del ojo noté que me miraba arrepentido. Sonrío. — Isaac me invitó a ir con él, así que, no se desharán de mí fácilmente—. Bromeé. 

— ¿Tendrán una cita?—. Pregunta intrigado. Me encojo de hombros y mi mirada se posa en el Jeep a unos metros de donde nos encontrábamos. — Supongo—. Murmuro. Stiles deja escapar un suspiro de frustración. — Es imposible hablar contigo cuando tienes tu mente en otro lugar, dime ¿qué te sucede?—. Finalmente mi mirada encuentra la suya, y pienso unos segundos antes de responder. 

— Sólo...me preocupa que no logremos salvar a Jackson, aunque no es el chico más agradable de Beacon Hills ni mucho menos el más humilde, sigue siendo mejor amigo de Danny, novio de Lydia—. Percibo una pizca de tristeza en sus ojos y trago saliva. — ¡Lo siento! ¡No quise decirlo así! Lo que quise decir es que, hay personas que lo consideran muy importante en sus vidas—. Stiles comienza a reírse, y me mira divertido. 

— De acuerdo, comprendo que mi amor con Lydia es algo imposible, pero soy famoso por nunca rendirme. Dime tú. ¿te darás la oportunidad de finalmente estar con alguien?—. Me golpea el hombro amistosamente. —¿Te refieres a Isaac?—. Le pregunto. 

Stiles entra al Jeep, me siento en el copiloto, enciende el auto y se pone en marcha. —Pues sí, nunca he conocido a unos de tus novios, al menos oficialmente. Digo, porque de seguro has tenido algún pasatiempo con el sexo opuesto—. Me quedo callada. —¿Me equivoco?—. Pregunta, chasqueo la lengua y desvío la mirada ruborizada. 

— De hecho...aún no he dado mi primer beso—. Confieso mirando por la ventana, siento su mirada en mí. — ¿Cómo dices que dijiste? ¿Es acaso eso posible? ¡Nunca había conocido una chica linda que aún no ha dado su primer beso!—. Exclama sorprendido. — No es la gran cosa, además, no quiero que mi primer beso sea con un chico cualquiera—. Me cruzo de brazos un tanto confundida con lo que sentía; Stiles había dicho que era linda, pero me había ofendido cuando insinuó que debía ser al menos una puta. Quizás estaba Feliesta, ¿acaso aquello era una palabra real? ¿A quién le importa? Su traducción sería más bien: Feliz y Molesta. 

— Anda, no te enfades. Lo siento, quizás es algo común que chicas de tu edad se hayan enrollado con un chico cualquiera, pero acabas de confirmarme algo que ya sabía—. Lo miro confundida. — ¿Qué?—. Sonríe, se detiene en la clínica veterinaria y antes de bajar me mira. — Que eres diferente a las demás, y eso sin duda, te hace especial —. Me guiña un ojo, pero me bajo del Jeep rápidamente para seguirlo. 

Una vez dentro, Deaton nos esperaba con dos frascos en la mesa metálica. Uno de ellos apestaba a ketamina, mientras que el otro contenía cenizas de fresno. Scott se acercó a los frascos y miró confundido a Deaton.—¿Ketamina?

— Es la misma sustancia que usamos para los perros, sólo que ésta es una dosis más alta—. Explico mientras mostraba una aguja, hice una mueca y di un paso atrás. Deaton comenzó a reír y prosiguió. — Si pueden acercarse a Jackson, esto debería calmarlo y así hacer más tiempo—. Scott aceptó el frasco y la aguja seriamente.  —Esa cosa me provocó pesadillas durante toda una semana—. Comenté mientras frotaba mi brazo izquierdo. 

Scott y Stiles miraron a Deaton quien rodó los ojos. —Sigues siendo igual de dramática que cuando eras niña, pues cuando Audrey se enfermaba o tenía problemas con algunas de las niñas, esto me ayudaba a tranquilizarla y así, poder vacunarla o intentar hablar con ella. Créanme cuando les digo que es mejor tenerla como amiga. 

Tomó las cenizas de fresno y miró a Stiles. —Esto les servirá para crear una barrera, y aquí es cuando entras tú, Stiles—. Dijo mientras le entregaba el frasco como si fuera su posesión más preciada. De hecho lo era, sin eso, Deaton tendría muchos problemas con lo sobrenatural que se cuela en esta oficina. —Suena como a mucha presión. ¿Podemos encontrar alguna tarea para mí que no este relacionada con la presión?—. Pregunta, Deaton sonríe. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora