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Divisé en las gradas a Melissa McCall y a Leila, la primera estaba con una enorme sonrisa que provocó una presión en mi pecho, ella estaba orgullosa de que su hijo estuviera allí. Y mordiendo mis uñas en un ataque de nerviosismo me senté a su lado. Leila simplemente estaba hipnotizada, era una chica de deportes.

Noté como los ojos de Chris Argent conectaron con los míos, y su ceño se frunció al reconocerme. No intentaría nada en mi contra, estando rodeados de mucha gente, después de todo nunca he causado problemas. Allison me saluda animadamente, le sonrío, Chris la mira y sé que le preguntará de dónde me conoce. 

Los jugadores del equipo contrario se notaban emocionados y dispuestos a patearles el trasero a nuestros jugadores. Lydia se acercó a Scott y compartió algunas palabras que me dejaron algo confundida. La madre de Scott toca mi hombro. —¿Me dirías quién es ella?—. Pregunta en un susurro. — Lydia Martin, estudia con Scott y conmigo—. Le respondo, ella asiente y me sonríe agradecida. 

El señor Stilinski saluda a Stiles quien está en la banca y a Leila quien lo ignora viendo el partido, se sienta al lado de la madre de Scott. —¿Eres fanática del lacrosse, Lawson?—. Me pregunta algo sorprendido, yo por otro lado me sorprendo de que sepa mi nombre. Me ruborizo y me encojo de hombros. No todos los días el padre de tu crush te habla como si te conociera de toda la vida. —Me gusta apoyar al equipo, disculpe, ¿cómo sabe mi nombre?—. El hombre se ríe. 

—  Audrey, estudias con mi hijo desde pequeña, además soy policía es mi deber proteger a los ciudadanos y por ende, conocerlos—. Explica, y asiento algo avergonzada. —Te conozco lo suficiente para saber que le gustabas a Stiles cuando eras pequeña, recuerdo que llegaba todas las tardes luego del colegio emocionado porque tú le hablabas—. Desvío la mirada ruborizándome, eso no me lo había visto venir. Leila lo mira como si hubiera revelado el mayor secreto de Stiles, frunzo el ceño, se supone que es mi mejor amiga.

El silbato suena y fijamos la vista en el campo, y por primera vez en todo el año. Comienza a agradarme el entrenador. Sólo un poco, por haberme salvado de esa incómoda conversación. Me pregunto, ¿hasta cuando le guste a Stiles?. El juego había comenzado, y noté como Jackson en ninguna ocasión le pasó la pelota a Scott. En una oportunidad, Scott corrió hasta la pelota que se encontraba en el césped, pero Jackson le golpeó provocando que este cayera sobre la tierra. Fruncí el ceño cuando Jackson anotó el punto, era un verdadero idiota, insoportable e inmaduro. 

La señora McCall me palmeó el hombro, la miré y ella también tenía el ceño fruncido, a regañadientes había aplaudido provocando que riera. Todos estaban dispuestos a entrar en la boca del lobo, literalmente, Allison y Lydia alzaron un cartel que decía "Te amamos, Jackson". Miré hacia las bancas y conecté miradas con Leila, ella me miró confundida y señalé el cartel, en eso su cara palideció. Articuló algo como "Esto no es nada bueno". Asentí de acuerdo.  

El juego continuó, el anotador subió dos puntos a nuestro favor y cinco en nuestra contra. Sólo eran dos puntos de diferencia, pero logró ponerme de los nervios. Al mirar a Scott noté que estaba a punto de explotar. Me disculpé con el señor Stilinski y la señora McCall para bajar hasta donde se encontraba Stiles. 

El silbato sonó nuevamente, Scott atrapó la pelota en el aire y corrió esquivando a todos hasta anotar el punto. Salté emocionada de que esto aún no era una masacre, Stiles de la emoción me abrazó y me alzó en el aire unos segundos. Al escuchar el grito de el entrenador me soltó y se disculpó, me encogí de hombros con una sonrisa restandole importancia. —¡Pásensela a McCall!—. Gritó. 

Stiles volvió a sentarse y me dirigí hacia las gradas algo más calmada, pero una mano me lo impidió. Me giré y Stiles me hacía un lado en la banca, me soltó y me senté a su lado intentando ocultar mi nerviosismo. Scott anotó otros dos puntos, estábamos empatados. La tensión se notaba en el aire, Scott antes de anotar el punto ganador pareció haber escuchado algo. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora