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Audrey,


Te preguntarás por qué no respondo a tus llamadas. Lo cierto es que me encantaría despedirme de ti en persona, pero no puedo. Así que, lo haré mediante esta carta. Hay muchos motivos por los que me iré, tal vez para siempre. 

Así que, haré algo excepcional por ti; adiós. 

Cuídate mucho, por favor. Cuídate como si en algún lugar nos fuésemos a encontrar más adelante, cuídate porque te quiero y porque no he podido quedarme para cuidarte yo.

 Pudiste contra los tiempos difíciles y el dolor. Pudiste contra todas esas veces en las que todo lo que querías era rendirte. Pudiste con este año y sé que podrás con otro año más. Estoy orgullosa de ti, mi niña.

Me siento orgullosa de lo lejos que has llegado, y confío en que llegarás aún más lejos. 

Y recuerda que, lo que decidas hacer, debes asegurarte que te haga feliz. 

Te amo.


Atentamente,

Satomi Ito.



Scott. 


El sheriff deja caer sus expedientes en la mesa. —No les voy a dejar salir. Tenemos dos cuerpos cubiertos de marcas de cortes. Confesaron matar a dos personas. 

— Cazadores—. Digo en su defensa. — La gente, Scott. Defensa propia o no, se van a quedar aquí, los otros están muertos. Y hay un proceso que tengo que seguir—. Comenta el sheriff. 

— Sí, pero se sabe qué es lo que está pasando. No es seguro para ellos—. Comento. Él asiente. —Puede que éste sea el lugar más seguro para ellos en Beacon Hills. Al menos aquí puedo protegerlos—. Indica. 

—¿Pensaría Stiles eso?—. Cuestiona Lydia.— ¿Sobretodo si uno de tus agentes está trabajando para Gerard?—. Añade Malia. — No me creo eso. Conozco a estos agentes como la palma de mi mano. Conozco a sus familias, a sus hijos, a sus hermanos y hermanas. Sé quiénes son, y creo en ellos—. Le contradice el sheriff.

Liam niega. —Sabes quiénes eran. Hay algo ahí afuera. Todo el mundo está asustado. Y se volverá peor—. Le dice. —No puedes proteger a dos lobos de cazadores si ya están dentro—. El sheriff mira a la chica sentada. —Es Quinn, ¿cierto?—. Le pregunta. Ella asiente.  

—¿Estás segura de que fue un agente quién te disparó? ¿Absolutamente segura?—. Vuelve a preguntar, obtiene la misma respuesta de parte de la loba. 

Ella suelta un suspiro. —Vi un destello de luces. Un coche de policía. Yo...vi una placa, una pistola y después me dispararon. Me dispararon en la cabeza, es todo lo que recuerdo—. Cuenta la chica. —Hay un par de lagunas en su historia—. Indica el sheriff. —Tal vez porque hay un agujero en su cabeza—. Dice Lydia. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora