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  Stiles. 


El trayecto a la clínica se tornó en un silencio incómodo. Anteriormente estaba algo exasperado por la situación, el perro faldero de Audrey tenía razón, ella no tenia la culpa. El chico no me agradaba, por más que lo intentara aceptar, simplemente tomaba en cuenta que era beta de una amiga. Scott estaba explicándole la situación a Deaton. Miré de reojo como Audrey molestaba a Isaac quien tomó sus manos y la observó fijamente, se acercó a él logrando intimidarlo. Ella sonrío, y me sentí algo afectado, ella no tenía esa confianza conmigo. 

A pesar de que nos habíamos hecho un poco cercanos, no sabía absolutamente nada acerca de Audrey Lawson fuera de lo profesional. Le gustaba un chico, fue criada por un gruñón siendo ella todo lo contrario, era una mujer lobo, su estatura llegaba exactamente al 1.60, tenía unos ojos preciosos y le gustaba irritar a la gente. Vale, quizás teníamos más cosas en común de lo que me imaginaba. La había observado en clases, y aprendí algunas cosas de ella, pequeños detalles que tenía cada persona en particular. Se sonrojaba fácilmente, era terca y testaruda, mordía su labio cuando pensaba una estrategia, aunque no lo admitiera le tenía algo de pánico a las cosas nuevas. 

Y entre esas cosas nuevas, quizás ser mi amiga estaba relacionado en ello. Había asesinado a su mejor amigo, quien quería hacerle daño ya que era controlado por su Alfa, se ha sentido culpable al respecto hasta entonces. ¿Y si no abría su corazón por ese motivo? ¿Y si tenía miedo a encariñarse con alguien y luego perderlo?.  

— ¿En serio? ¿Cómo sería tu chico ideal?—. Le pregunta Boulten confundido. Isaac presta atención, por mi parte los miro de reojo. —Eh, pues...—. Evita el contacto visual y sonrío, se había puesto nerviosa. —No busco algo en específico, yo quiero que la vida me sorprenda, ¿comprendes?—. La observo confundido.

— De hecho, no—. Admito, Audrey me mira algo sorprendida. Quizás no se esperaba que me uniera a su conversación. — No me importaría si fuera moreno, de tez pálida, con ojos claros, de ojos oscuros. Yo quiero un chico que me balancee el mundo, que no sea perfecto, pero que intente serlo por mi. Que me haga reír, que llore conmigo...quiero un mejor amigo, alguien que quiera envejecer a mi lado. No soy exigente si hablamos del físico, porque cuando te enamoras, ese hombre es perfecto para ti—. Camina hasta Derek, huyendo como era de esperarse. Pero me he quedado helado, de alguna manera me había conmovido. Quien fuera digno de aquel profundo amor que prometía Audrey, sin duda, era afortunado. 

Isaac sonríe. —Me ha descrito a la perfección—. Boulten rueda los ojos, se lleva las manos a sus bolsillos mirándolo divertido. —Stiles está más cercano a su chico ideal que tú—. Se burla, rasco mi nuca ante la mirada cargada de odio que le dirige a Thomas. —Stilis isti mis circini i si chici idiil qii ti —. Lo imita.  Enarco mis cejas. —Stiles no es su tipo. 

— ¿Qué te hace creer que eres su tipo?—. Cuestiono. Escuchamos el llamado de Deaton, quien nos ordena buscar mucho hielo. Una vez que terminamos de llenar la bañera de este, Deaton observa a Isaac. —No será cómodo, pero si podemos detener lo suficiente el latido de tu corazón, estarías como hipnotizado, un estado de trance. Estarás medio transformado, eso nos dejará pase libre a tu subconsciente. 

Scott observa la bañera con disgusto. —¿Cuán despacio debe estar su latido?—. Audrey quien estaba observando la escena con el ceño fruncido, por lo visto no le gustaba nada este plan, le respondió. —Muy despacio. Casi muerto. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora