42

398 23 5
                                    


Scott. 


Me acerco hasta la cama de Liam. —Liam—. Lo llamo, jalando de las sábanas. —No, no...Estoy enfermo. Estoy enfermo—. Dice. —No estás enfermo—. Niego. —Sí, estoy mortalmente enfermo—. Afirma. —Es grave...Creo que es gripe—. Finge toser. 

— No es temporada de gripe—. Comento. — Entonces probablemente neumonía—. Dice. — Liam, eres un hombre lobo. No puedes coger neumonía. Pero sí puedes meterte en problemas por llegar tarde al instituto. Así que vamos, venga—. Él se destapa. 

—No creo que deba ir al instituto. O salir. A ningún sitio. Nunca—. Niega para volverse a cubrir. — No importa lo que creas, porque debes ir. Debes fingir que no ha pasado nada—. Aconsejo. —  ¿Fingir? ¿Se supone que tengo que fingir?—. Se destapa. 

Pienso unos segundos. —Piensa en ello como cuando a Superman le pillaron sin las gafas. Ya sabes, no se rindió. Se las volvió a poner, y dijo "Sigo siendo Clark Kent"—. Comento. —¿Quieres que lleve gafas?—. Cuestiona. —¡No! Quiero que vayas al instituto—. Tomo su pie y lo saco de la cama. — Y que seas Liam Dunbar—. Completo. 

— Igual que Superman tiene que ser Clark Kent, igual que Spiderman y el capitán américa...—. Liam me interrumpe. — El capitán américa es Steve Rogers. No tiene que fingir, ya lo quiere todo el mundo. Y es diferente, porque a nosotros todos nos odian. Nos odian por intentar salvarles la vida. 

Me agacho. —Tienes razón. Estamos intentando salvar vidas. Por eso vas a levantarte e ir al instituto y fingir que no pasó nada. Porque si no lo haces, podría morir más gente—. Los ojos de Liam se cristalizan. —Por mí. 

— En realidad no conocía a Brett o Lori. Bueno, no como tú. Pero te conozco—. Busco su mochila y apoyo mis brazos en ella. — Y si temes ver a más amigos tuyos muertos, irás—. Afirmo. 


Liam. 


Entro a la preparatoria, intento tranquilizarme. —Vale. Hasta ahora no está mal—. Me dice Mason. —Puede que sea más fácil de lo que pensamos—. Me encojo de hombros buscando a Charlotte con la mirada. —Quizá. 

Noto que están mirándonos, con temor y odio. —Es uno de ellos—. Escucho. —¿Qué hace aquí?—. Cuestiona otro. —¿En qué están pensando dejándole entrar al instituto?—. Cuestiona un chico. 

— Se sienta a mi lado en inglés—. Comenta uno. —Pues, búscate un pupitre nuevo—. Le aconseja otro. — No los escuches—. Dice Mason. — Lo saben—. Le digo. Mason niega. 

— Son solo rumores. No saben nada—. Comenta.— Lo saben todo—. Dice Corey llegando a nuestro lado. — Dos de segundo año de lacrosse estuvieron allí anoche—. Añade. 

— Sí, pero era tarde, estaba oscuro y había niebla en la carretera—. Corey niega. — Era una noche despejada. De luna llena. Y en una intersección bien iluminada—. Los miro asustado. — Debo irme de aquí—. Digo entredientes. — Si te vas, los rumores nunca se detendrán—. Me dice Mason. 

—Sólo deben convencerles de que eres un chico normal —. Indica Mason. — No soy un chico normal—. Me niego. — Mira. ¿Recuerdas lo que dijo Scott? Sé Clark Kent—. Me aconseja Mason. — Clark Kent se convierte en un hombre con un traje azul y rojo, con capa. Yo me convierto en un monstruo con garras y colmillos. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora