¡Oye, Stiles!

10

Jackson no era el Kanima, según me había comentado Derek, la siguiente sospechosa era la pelirroja frente a mí que hablaba amistosamente con Leila quienes estaban concentradas en el experimento. —Derek no la matará sin tener pruebas antes—. Escucho la voz de Scott, pero no miro en su dirección, sabía que estaba arrepentido. Pero eso no quita el hecho de que nuestra amistad nunca volvería a ser la misma, me había decepcionado. —De acuerdo. Le hará la prueba igual que a Jackson, pero...¿dónde y cuándo?—. Cuestionó Stiles. 

Ignoré su conversación, Stiles se sentó a mi lado una vez que notó que Isaac y Erica se abalanzaron a la mesa detrás de donde estaba sentada la pelirroja junto a Leila. Scott se sentó en su lado izquierdo, protegiéndola. —Einstein una vez dijo "Dos cosas son infinitas: La estupidez humana y el universo. Y no estoy seguro sobre el universo". Yo mismo he presenciado bastante estupidez en mi clase. Así que para combatir la ignorancia en mi clase, van a combinar esfuerzos con experimentos en grupos. Veamos si dos cabezas, son mejores que una. —Su mirada se posa en la rubia. —Erica, tú serás la primera estación, empezarás con...el señor McCall.

Mi primera estación fue Stiles, comencé a mezclar sin prestarle atención. —¿Sabes cuál será el próximo movimiento de Derek?—. Alzo la mirada y su mirada conecta con la mía, al ver sus ojos profundos y expresivos, bajo la mirada nuevamente a el experimento, probablemente más roja que la camiseta que usaba Leila. —Lo sabes, hará lo que sea para hacerle la prueba a Lydia. Ni siquiera a mí me escucha, sé que no es Lydia, pero es demasiado cabezota para entenderlo—. Murmuro.

Stiles deja escapar un suspiro. —¿Podrías convencerlo? Por favor, eres nuestra única oportunidad, Audrey—. Suplica, me obliga a mirarlo a los ojos y trago saliva. Mi corazón se ha acelerado, asiento y entonces su mano se aparta suavemente de mi barbilla. —Gracias, sabía que podía contar contigo—. Me regala una sonrisa sincera. 

— ¡Cambien!—. Grita el profesor Harris. Isaac está frente a mí, y observa el vaso precipitado nervioso. — ¿Sabes cómo catalizar esa cosa?—. Pregunta mientras lo toca. — Tengo la segunda mejor calificación en esta clase, esto no es nada—. Presumo guiñándole un ojo, Isaac deja de tocar el vaso precipitado para mirarme con diversión.

— Oh, discúlpame, hermosa científica con la segunda nota más alta, pero yo soy un asco—. Confiesa mientras suelta una risa, sonrío. — Puedo darte clases privadas, Lahey—. Digo enarcando mis cejas, me mira con intensidad antes de revolver su cabello y guiñarme un ojo. —Cuando quieras, Lawson—. Dice coqueto.

— ¡Cambien!—. Una vez que Isaac se ha ido, Leila me mira divertida. —Vaya, Audrey Lawson está rompiendo ligas entre los chicos, dime, ¿has cambiado la estrategia? Pues noté que mi primo no dejaba de mirar en su dirección. Eso es, provocando celos desde tiempos inmemorables—. Suelto un bufido. —No es ninguna estrategia, Isaac sólo es parte de la manada de Derek y es un gran amigo—. Justifico. Leila murmura algo como "Claro, y yo nací ayer". 

— ¡Tiempo!—. Dejo los instrumentos en su lugar. —Si catalizaron la reacción correctamente, ahora mismo estarán viendo un cristal—. Observo y una sonrisa orgullosa aparece en mi rostro.—Ahora, la mejor parte, pueden comerlo. 

Me llevo el cristal a la boca antes de escuchar el grito de Scott. Isaac me mira con aires de grandeza con el cristal en sus manos, esperaba que Lydia no reaccionara al veneno, o esto se pondría feo, por suerte, no lo hizo. Isaac enarcó sus cejas en mi dirección al notar mi mirada y rodé los ojos, luego yo era la presumida. 

-o-

Mi mirada pasó del viejo lobo gruñón a sus betas, y viceversa. Derek le da un golpe a la mesa intentando intimidarme, y sinceramente, logró sacarme una sonrisa en ese momento tan tenso. —Lydia es la única que fue mordida por el Alfa, definitivamente es ella—. Dice para luego apretar su mandíbula enojado. —Desde que te los consideras tus amigos has cambiado, tienes esa sensación de querer salvar el mundo. Lydia mató a dos personas y lo hará de nuevo—. Alza la voz, me pongo de pie finalmente antes de mirarlo unos segundos.