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Leila.


Justo después de que analizáramos la habitación de mi primo, Scott e Isaac llegaron, al vernos su expresión pasó de sorpresa a confusión al instante. —¿Qué hacen ustedes aquí?—. Cuestiona confundido, su mirada se posa en Aiden, pero al ver a Lydia comprende rápidamente. —¿También los llamó?—. Vuelve a preguntar. 

— Lo escuché/Audrey me dijo—. Decimos al unísono Lydia y yo. —Sólo no hagan muchas preguntas, todo es más confuso cuando las hacen—. Comenta Aiden.

— No es tan confuso como eso—. Todos dirigen su mirada hasta la cama de Stiles, la cuales tienen clavadas unas tijeras en el medio del colchón. Los hilos de estambre rojo están amarrados a los orificios que tiene la tijera, para luego clavarse en las millones de fotos que están colgadas en las paredes. — Usa el hilo rojo para los casos que no están resueltos—. Comento. 

— Quizás piensa que es parte de uno—. Opina Aiden. —O que es un caso no resuelto—. Indica Isaac. —Espera, ¿sigue allá fuera? ¿no saben dónde está?—. Cuestiona Lydia con preocupación en su voz. Mira con reproche a Scott. 

— Dijo que está en un sótano industrial—. Informa el castaño. —Estamos aquí para conseguir un mejor rastro, también dijo que se estaba helado con una pierna herida—. Agrega Isaac. —Esta es probablemente la noche más helada del año, bajará a menos de 0—. Informa Aiden con sus cejas alzadas. 

Lydia suspira. —¿Qué ha dicho su padre?—. Pregunta. —No le hemos dicho—. Responde Scott con culpabilidad. —Stiles se está congelando y desangrando, pero no llaman a su padre—. Dice con enojo.  

— Me hizo prometer que no lo haría, además, tampoco debía llamar a Audrey y aquí está—. Todas las miradas se posan en la castaña quien está en el rincón de la habitación con los brazos cruzados sobre su pecho y nos observa fijamente, Scott prosigue. —Lo podemos encontrar por su olor, y si estaba sonámbulo no pudo haber ido muy lejos.

— Tú prometiste no llamar a su padre, yo no—. Dice Lydia mientras saca su teléfono celular. Me encojo de hombros. —Después de todo, no tienes que llamarlo, son cinco minutos de aquí a la estación—. Indico. Caminamos hasta la puerta.  

— Los alcanzaremos—. Comenta Lydia refiriéndose a Aiden y a ella misma. —¿Por qué?—. Interroga Scott, Lydia observa toda la habitación antes de responder. —Hay algo aquí.

— Podemos averiguar qué está mal luego de que lo salvemos—. Digo. —Estaremos justo detrás de ustedes—. Insiste, asentimos para luego caminar hasta la salida. 

-o-

El tío Stilinski me observa confundido pero cuando le damos la noticia de que Stiles ha desaparecido, su rostro palidece a la vez que muestra una expresión de preocupación y miedo. —Si el Jeep está desaparecido, empezaremos por allí—. Se gira hasta el policía detrás del escritorio, pero estoy demasiado preocupada como para verlo anonada. Era guapo, quizás demasiado para ser un policía. —Parrish, lanza una orden de búsqueda para un Jeep CJ-5, de 1980—. El apuesto policía asiente y teclea rápidamente en el ordenador frente a él. 

Luego, el tío se gira hasta un hombre que pasaba los 35 años. —Córdova, quiero una lista de sótanos industriales o subniveles de cualquier edificio donde él pudo haber ingresado sonámbulo—. Deja escapar un suspiro de frustración. —Es la noche más fría del año y él está allí afuera descalzo y nada más que una camiseta. Podría estar hasta hipotérmico, hay que pensar y movernos lo más rápido posible—. Su mirada se posa en nosotros. —Vengan conmigo—. Lo seguimos sin rechistar hasta su oficina. 

¡Oye, Stiles!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora