Sábado.

1.8K 73 18
                                    

Un sábado normal comienza en Domino y he despertado como siempre a eso de las 11:00am (relativamente tarde para mis padres). Hoy debería tocar en el club nocturno llamado Áurea localizado en el centro de Domino, precisamente hoy acabaría uno de mis EP para demostrarlo en el show de esta noche, era la oportunidad de brillar nuevamente y aunque la fama que tengo en Domino jamás ha sido tan grande al grado de llegar al nivel Seto Kaiba, sí soy reconocida principalmente por el estilo musical techno/psycho gótico que manejo.

-¡Ya es bien tarde! ¡Nadie te manda a andarte desvelando en los clubes nocturnos!
-¡Es mí trabajo!- grité tapando mí cara con la almohada.- ¡Enseguida bajo!

Tomé mí ropa y me duché rápidamente para después bajar a tomar el desayuno. Huevos revueltos con jamón y un vaso con jugo de naranja con una bola de helado de chocolate como postre.

-¿Cuando comenzarás a mudarte?- preguntó mí madre.- ¿Te irás a vivir con aquel muchacho ese que me presentaste a mi y a tu hermana?
-No, mamá.- negué con la cabeza.- Yo y él ya no estamos saliendo desde hace casi 3 meses, me iré yo sola, ya tengo rentado el departamento en una torre del centro de Domino.
-Ya veo.- hubo un silencio.- ¿Y el trabajo?
-Recuerda que tocó mí música los fines de semana en diferentes lugares, con suerte en alguno de estos días consiga ir a otro país y pues el otro trabajo que tengo queda en una recepción del centro también.
-Bueno, ¿cuando comenzarás a sacar tus cosas y moverte?
-Ya quieres que me vaya, ¿verdad?- la miré fastidiada, solo quería disfrutar mí desayuno tranquilamente.
-Te pregunto porque después estás a última hora a la carrera y muy apurada, Tn_____.- me miró severamente.- Tú sabes.
-Sí, yo sé. Tengo que irme ya a trabajar.
-Con cuidado y hasta al rato.
-Nos vemos.

Trabajo en la recepción de un hotel en turno intermedio de 11:00am a 5:00pm y para ser un medio tiempo me pagaban muy bien para mis necesidades. Al finalizar la jornada laboral salí rumbo al departamento para volver a echarle un vistazo e ir viendo con qué cosas empezar primero.

Caminando por la acera derecha y en un descuido fui a topar de buen golpe contra un niño de cabello oscuro y largo.
-¡Oye!
-¡Lo siento bastante!- me disculpé mientras le ayudaba a levantarse del suelo.- Venía pensando cosas que me distraje y no vi que venías directo a mi, lo siento tanto, niño.
-No te preocupes, solo perdí un ojo y unos cuantos dientes.- bromeó.
-¡Muy gracioso!- el chico comenzó a reír.
-A ti no te ocurrió nada, ¿cierto?- me procuró.
-Todo bien.- sonreí.- Espero que también lo estés tú.- asintió.- Bien, me tengo que ir, amiguito.
-Mokuba.- se presentó.- Mí nombre es Mokuba.
-Sí, Mokuba. Que tengas buen día, ¡nos vemos!

Llevaba prisa, llegar a ver el departamento, regresar a casa para poder recargar energías y bajar el sueño pues tenía que presentarme en Áurea esta noche.- Me siento tan ansiosa, ¡todo irá bien el día de hoy!- me dije positiva. Hoy, después de tanto tiempo, volvería a anunciar algo nuevo.

Polos Opuestos. (Kaiba y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora