¿Primera Cita?

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Me acomodé nuevamente en el asiento de mí escritorio, respiré lentamente tratando de controlar mis nervios y mí enojo. Sonaron unos cuantos golpes a la puerta y antes de que pudiera dar el permiso de la accesibilidad, Seto Kaiba puso un pie dentro de manera rápida.

Le miré a los ojos y enseguida me sentí encoger un poco pese a la actitud que había tomado contra Bakura delante de Kaiba.

–No comiste ¿cierto?– preguntó mientras mantenía sus brazos cruzados observándome desde su altura.

–No.– contesté con la mirada puesta en el suelo.– No tengo hambre de cualquier manera.

–Deberías de ingerir algo antes de regresar a tus labores.– desvió su mirada hacia otro punto.– Saldré a comer algo rápido...

El castaño paseaba sus hermosos ojos por toda la habitación y hablaba mientras evadía mí mirada, la cual por mí parte, no dejaba de contemplarle cada detalle.

–No sé si gustes venir...– habló finalmente.

Un vuelco a mí corazón ocurrió en ese preciso instante, Seto Kaiba invitándome a comer junto con él. Me extrañaba tal acción de su parte, tal vez llegaríamos por Mokuba a algún lugar, así que no podría llamar "cita" a aquella invitación. Acepté con el pensamiento de que seríamos aquellas tres personas.

Tomamos el elevador al mismo tiempo y dentro de aquel estrecho lugar posé mí mirada en el suelo hasta llegar a la primera planta, Kaiba no pronunciaba palabra alguna, supongo que se encontraba en las mismas que yo: algo incómodo, quizás insatisfecho con el pequeño lugar y por mí parte, un poco nerviosa.

–Roland,– habló en cuanto pisamos la primera planta nuevamente.– saldré. Llevaré el auto yo.

–¿Realmente no ocupa mis servicios, Señor Kaiba?– rectificó.

–No serán necesarios.– contestó.– Si me buscan o son llamadas importantes tómales los datos y en cuanto llegue me haces saber la notificación. No lo olvides.

–Entendido, señor.

–Vamos.– se dirigió a mi.

Salimos de Kaiba Corp. y enseguida Seto Kaiba se interpuso en mí camino para abrir la puerta del coche del copiloto por mi a lo cual agradecí sin obtener respuesta de su parte después. Luego de dicha y caballerosa acción, Kaiba accedió al asiento del conductor con bastante seriedad, puso a andar el coche y salimos de ahí.

Otra vez un ambiente estrecho y un tanto tenso, por mí parte las cosas y mis pensamientos se encontraban relajados mientras que por el otro lado, percibía a Kaiba tensionado. Quise cuestionarle acerca del paradero de Mokuba, acerca de cómo se encontraba el castaño en ese preciso momento, pero antes de que pudiera emitir palabra alguna él adelantó el paso.

–¿Alguna comida en especial?– preguntó con sus ojos puestos al frente.

–Ninguna.– contesté tranquila.– Elige lo que gustes.

–No te hagas la difícil ¿quieres?– parece que se había irritado.– Sólo di de qué traes ganas por comer e iremos.

Y como yo no iba a pagar y mucho menos sabía a qué tipo de restaurantes y comida él se encontraba acostumbrado, volví a contestar con una respuesta similar.

–No juego a hacerme la difícil, Kaiba, no tengo preferencia, en verdad. Por mi elige lo que tú gustes comer y...

–¿¿Así son todas las mujeres??– asesinó un momento tranquilo con ésa línea mientras se detenía en un semáforo teñido de rojo.– Es una verdadera molestia tener que lidiar con personas como tú.

Polos Opuestos. (Kaiba y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora