Memorias.

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Después de unos cuantos días, se había llegado el día viernes y como todas las mañanas, me acostumbré a sacar al perro a dar un paseo al parque más cercano del lugar. Esta vez decidí usar ropa deportiva ya que acostumbraría al can a hacer un poco de actividad física. No, el perro no se quedaría conmigo pero siempre es bueno mostrarles nuevas cosas por aprender para ganarse el corazón de los futuros adoptantes.

Salimos a toda prisa trotando para dirigirnos al parque más grande Domino que radicaba en el centro, precisamente casi frente a Kaiba Corp. con suerte podría encontrar a Mokuba e ir por un té o un pequeño postre después de entrenar.

Me puse los auriculares y dimos alrededor de cinco vueltas trotando y tres corriendo, mí sostén deportivo junto con mí chamarra deportiva de encontraba empapada de sudor ya que el Sol estaba comenzando a salir más y más.

Mientras caminábamos ya tranquilamente para descansar un poco, vi que a lo lejos, precisamente frente a la puerta de Kaiba Corp. una lujosa limusina negra arribaba. De ella se bajaron Mokuba y Seto Kaiba.

Mokuba gritó mí nombre a lo lejos a lo que yo volví mí mirada rápidamente levantando una mano para saludarle junto con una sonrisa, Kaiba miró hacia dirección de mí lugar y también le obsequié el saludo pero él no produjo gesticulación alguna.

-¡Qué gusto verte!- exclamó Mokuba llegando a mí lugar.- ¿Qué tanto hacen? Ambos se miran cansados.

-Vinimos a correr un rato. ¿Ustedes van llegando?

-Sí, así es, Seto tiene una junta dentro de unos minutos. Al parecer su nueva innovación la pondrá a andar dentro de unas semanas.- comentó emocionado.

Sí, aquella salvaje innovación en la que el daño producido al monstruo afectaría a los puntos de vida del duelista, eso se sabe fácilmente, el único detalle que radica aquí es que tales ataques afectarían a los duelistas de manera física también siendo esto una de las características más riesgosas de la innovación. Tal reacción en el pequeño me hacía pensar que quizá él no tenía un conocimiento pleno de tal locura de su hermano. Quien sabe qué tipos de ocurrencias e ideas anidaban en la cabeza de Seto Kaiba.

-¡Woah...!- exclamé falsamente.- Me muero por verlo. ¿Tienes algún adelanto para mi?

-Aún no, Tn___.- negó con la cabeza.- Ni siquiera yo sé exactamente sobre qué trata pero sabemos que tiene que ver con el mundo de los duelistas. Debemos esperar, estoy seguro que será algo que nos sorprenderá a todos.

-Sí... Ya lo creo. Bueno, Mokuba.- hablé tomando al perro en brazos ya que se encontraba muy fatigado.- Nos vamos a casa ya.

-¡Oye, espera! Dijiste que algún día de estos me llevarías a tu casa.- alegó.- Podría ser hoy.

-Si no tienes nada más por hacer, seguro que sí.- sonreí.

-¡Pongamonos en marcha!- exclamó.

Nos pusimos en camino hacia mí hogar, al llegar me percaté de que mí madre estaba allí mientras que mí hermana menor asistía a la secundaria. Presenté a Mokuba con mí madre para lo que por supuesto fue una total sorpresa para ella.

-¿Gustas algo de beber, Mokuba?- preguntó mí madre de muy agradable manera.

-Un vaso de agua no me vendría mal, gracias.- sonrió dulcemente.

-Ven, Mocky.- hablé tomándolo de la mano con suavidad después de haber puesto al cachorro en el patio.- Vamos a sentarnos un rato que estoy demasiado cansada. Por cierto, ¿no te importa si tomo una ducha rápida? Procuraré no tardar.

-¡Claro! Te esperaré aquí mientras bebo el agua.

-Perfecto, no tardaré.

Corrí a la ducha para tomar un baño lo más rápido posible, lavé mí cuerpo, mí cabello y mí cara. Un último momento dentro de la regadera me quedé pensando en la viva imagen de Seto Kaiba, curioso que fuera dentro de una ducha pero normalmente es dónde suelo pensar y contemplar más de lo normal. Toda esta situación del perro me tenía en un modo bastante curioso, seguido de su acción voluntaria por llevarme a mí antiguo departamento y, además, aquel manejo cruel que tenía sobre mi cuando me encontraba laborando en su empresa.

Polos Opuestos. (Kaiba y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora