Celos.

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Después de una charla breve y el sabor de los alimentos posar en sus papilas gustativas, ambos optaron por retirarse del lugar. La rubia llevaba 10 minutos de retraso mas no temía tanto lo que el castaño pudiera decirle ya.

Al llegar a la corporación, Pegasus ayudó a la chica a bajar de la limusina y optó por entrar junto con ella para encaminarla hasta su oficina.

Al subir y acceder al piso en el que se encontraba la oficina de la rubia y Kaiba, se toparon con el castaño y su pequeño hermano.

–¡Querido Kaiba!– exclamó llegando hacia él galantemente.– ¡Justo a ti te buscaba!

–Ahórrate tus estupideces ¿¡quieres!? ¡No necesitas nada de mi!

La chica no comprendía nada, sabía que Kaiba no sentía simpatía alguna hacia el peliplata pero la manera en la que le había recibido era demasiado ofensiva.

–¡Calma Kaiba!– alzó sus manos en símbolo de irónico susto.– Simplemente vine a dejar a esta belleza y también a entregarte esto.

Pegasus sacó dentro del saco de su vestuario tres invitaciones en color lila sumamente elegantes y refinadas, entregó una al pequeño Mokuba, otra al apuesto CEO y la última la dio a Tn__. Al ver esto último, Kaiba miró salvaje al lustroso hombre, desde luego que Pegasus se percató de dicha reacción y gustoso le obsequió una sonrisa.

–Nos veremos este domingo, amigos míos.– se acercó a la rubia para tomar su mano.– Espero contar con tu implacable presencia.– y la besó suavemente enfrente del empresario y su hermano.– Reina mía.

La chica quedó impactada ante aquella acción por parte del hombre, esta vez no le había agradado para nada la semejante hazaña del presidente de Ilusiones Industriales, arqueó una ceja en pos de confusión y severidad ¿cómo se atrevía a actuar de semejante manera? Tomarle la mano y regalarle un beso era algo que muy apenas llegaba al límite pero llamarle de semejante manera era algo que sobrepasaba éstos límites.

–¿¡Qué fue eso!?– exclamó Kaiba justo al momento que Pegasus desaparecía en el ascensor.

Mokuba abrió sus ojos y rápidamente giró hacia la rubia consternado.

–¿De qué hablas?

–¡No te hagas la ingenua que no sabe nada!– exclamó con rabia.– ¿¡Qué significa eso!?

–Primeramente necesito que me expliques a lo que te refieres con exactitud, no soy mago ni bruja para adivinarte lo que piensas o por lo que te enojas.

Mokuba engrandeció aún más sus grisáceas orbes ¿en verdad escuchaba que alguien trataba de poner en su lugar a su hermano mayor? Era algo sumamente increíble para él.

–¡Agh! ¡Estoy cansado de tu impertinencia!– habló con reproche.– ¿¡Cómo te atreves a dejarte coquetear por los impulsos y deseos de ese tipo de hombre!? ¡Siendo que se trata de Pegasus!

Era lo último para Seto Kaiba, finalmente había conseguido dejar salir a flote su enorme ramo de celos, liberó aquello que tanta grima le causaba dentro de su cabeza y dejo ir aquello que tanto tenía acorralado.

–¡¿Cómo te atreves a coquetear con Pegasus?!– exclamó finalmente lleno de coraje y enojo.

–¿¡¿Por qué te importa tanto?!?– reprochó en su contra.– ¡Es un buen hombre...!

Polos Opuestos. (Kaiba y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora