Capítulo 23

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Capítulo 23

La fiesta se alargó durante horas. Los ciudadanos de Salemburg celebraban la vuelta de los hermanos Muerte, y aunque ellos no eran del todo conscientes de hasta donde llegaba su devoción por ellos, vivieron grandes momentos. Nadie se atrevía a mirar a los ojos a ninguno de los tres chicos, ni tampoco a hablarles, pero sí que les aclamaban, les aplaudían y tocaban para ellos magníficas baladas a las que ellos respondían con danzas y brincos alrededor de la enorme hoguera en la que se había convertido el círculo.

Symon no tardó en unirse a sus hermanas, y pronto se contagió de la alegría y la fuerza que exhalaban. Se liberó de sus cadenas mortales, de sus ropas, y tras tomar sus manos, se unió a las danzas. Bailó con las muchachas alrededor de la hoguera, saltó las llamas en varias ocasiones y bebió y rió a carcajadas hasta que las fuerzas flaquearon.

Ya casi tan bebido como bañado en vino, vestido solo con los pantalones y con el cuello lleno de todo tipo de colgantes y amuletos que los ciudadanos le habían dado, Symon escuchaba tranquilamente la música desde uno de los rincones. Su hermana mayor atravesó de nuevo la hoguera y le alcanzó. Tomó sus manos, las besó con devoción y le abrazó. Ya en sus brazos, ambos con el pecho desnudo, le besó el mentón con cariño.

-    Te vi charlar antes con la anciana...- le susurró al oído.- ¿Algo que deba saber?

Le rodeó la cintura con los brazos y la hizo girar sobre si misma.

-    Absolutamente nada.- mintió.

Y volvió a hacerla girar sobre si misma. A pesar de la delgadez, cualquier hombre hubiese matado para poder disfrutar de tenerla entre brazos. Y entre esos hombres, desde luego, estaba Christoff.

El hombre se había pasado toda la noche observándola con deseo. Tanto deseo que si Julius hubiese estado allí, seguramente le habría matado. Pero dado que no estaba, era él el que tenía que impedir que se acercaran más de lo necesario. Y no es porque no considerara a Christoff un digno candidato para ser el padre de su futuro sobrino... al contrario, con el tiempo se encargaría de que fuera él, pero por el momento estaba demasiado interesado en que siguiera su affaire con Julius como para permitir más contacto del necesario.

Arabela siguió la mirada de su hermano, y nuevamente se encontró con el inquietante hijo de la anciana. Ella también le recordaba, pero no de aquel modo. En sus recuerdos era mucho más silencioso, distante y frívolo. Ahora, en cambio, era mucho más cercano. Más real. Aquella mirada... el modo en el que le sonreía... la delicadeza con la que había deslizado las manos sobre sus hombros mientras bailaban... resultaba evidente su interés, y aunque resultaba halagador, le hacía sentir bastante incómoda. Nunca le había gustado que la mirasen de aquel modo.

- No le mires así.- le ordenó Symon en un siseo disimulado.- Ese hombre va a venir con nosotros a partir de ahora. Cuidará de ti.

-    ¿Protegerme? ¿A mí?- exclamo perpleja. Se liberó de su presa y retrocedió unos pasos, irradiando indignación.- ¿Por qué? ¡No necesito un perro guardián!

-    No grites.- suplicó.- Solo te va a ayudar, nada más. No quiero que te metas en más líos de los necesarios.

-    ¿Líos?- puso los ojos en blanco.- Imagino que es una broma.

-    No. Mañana te acompañará a Derrman, y a partir de ahora irá con nosotros. Tiempo atrás cuidó de nuestros padres, y ahora lo hará de nosotros.

Arabela lanzó un rápido vistazo hacia el hombre. Perdido en sus ensoñaciones, Christoff contemplaba el brillo de las llamas de la hoguera. Parecía tranquilo, pero en su mirada se podía ver el reflejo de la preocupación que en aquel entonces todos compartían. Cuando acabase la celebración todo volvería a la normalidad, y eso comportaría volver a la corte junto a los Blaze. Volverían las mentiras, lo engaños y las incursiones. Y aunque no le importaba viajar de noche para sembrar el terror entre los aldeanos, sí era cierto que le incomodaban las cenas con sus majestades y los actos que comportaran un mínimo de etiqueta.

Baile de Brujas - BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora