Capítulo 46

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Capítulo 46

Las horas pasaron muy rápidamente. Los miembros de la caravana de Alejandría ultimaron los preparativos y con la caída de la noche, se prepararon para partir. Los primeros en abandonar la fortaleza fueron los mercaderes, seguidos de cerca de todos aquellos curiosos que habían decidido acompañar a la caravana. Más tarde se unirían la guardia, nobles y sus altezas... pero eso sería más tarde, pues ansioso por demostrar nuevamente su poder, Varg decidió preparar una recepción real para despedir a sus familiares. Prepararon uno de los salones más grandes con bandejas de dulces, copas y bebidas y llenaron el escenario de músicos. Unas horas después la sala se llenó de nobles y guardias que, entre risas y abrazos, fueron despidiéndose de las nuevas amistades forjadas en el reino, aliados y conocidos.

Entre los presentes más distinguidos de Reyes Muertos estaban los hermanos del Príncipe heredero, Julius y su prometida, miembros de la guardia y todos los grandes mercaderes y nobles. De Alejandría, en cambio, tan solo habían unos cuantos nobles, parte de la guardia, y Darel y su prometida.

Por la salud mental de Arabela, su hermano y Gabriela habían decidido permanecer a su lado. Ella tenía trabajo, por supuesto, pero hasta muy caída la noche no entraría en acción. Hasta entonces, la pareja decidió apaciguar su nerviosismo en uno de los salones laterales.

Disfrutaron de una charla amena junto a la chimenea, de té y, entre bombón y bombón, de un intercambio de espadas y risas por parte de los hermanos.

Pero la paz no pudo alargarse más que un par de horas.

Ya entrada la noche, el trío cenó, y fue durante el cambio de platos cuando recibieron la visita que cambiaría el destino del reino.

Symon alzó la vista hacia la puerta cuando esta se abrió. Se levantó, y educadamente saludó al recién llegado futuro matrimonio.

Gabriela prefirió quedarse en la mesa junto a Arabela, la cual, con la mano depositada en la empuñadura de su arma, parecía estar a punto de saltar sobre la pareja como si de un gato se tratara.

-    Julius.- saludó Symon mientras se apresuraba a alcanzarles en la puerta, antes de que pudiera llegar a entrar en la sala.- Cuanto me alegra veros.

-    Symon.- respondió este con una ligera sonrisa en la cara.- Creía que podría veros en la celebración de mi sobrino.

-    Oh, lo lamento profundamente. Hemos preferido mantenernos al margen.

Severinne tendió la mano a Symon. Se presentó, y tras recibir el beso de Lothryel en la mano, entró en la sala con decisión luciendo un bellísimo vestido blanco que enaltecía la palidez de su piel y cabello.

Gabriela trató de ser entonces ella el muro que las separase, pero su intento no tuvo éxito. Arabela se incorporó, esbozó una amplia sonrisa y observó a la muchacha avanzar entre las sillas con los brazos cruzados sobre el pecho.

El nerviosismo se reflejó en los rostros de todos los presentes cuando al fin las dos mujeres quedaron cara a cara. Julius trató de alcanzar a Du Laish para frenarla, pero la muchacha, mucho más ágil, no tuvo problemas en zafarse de sus brazos.

Symon y Gabriela intercambiaron una mirada cargada de temor.

Julius trató de mantener la calma ante tanta tensión.

-    ¡Severinne!- la llamó Julius.- Severinne, volved ahora mismo.

-    Oh, no os preocupéis, Blaze.- respondió Arabela con los dientes apretados.- Ya que habéis venido ambos lo mínimo es que me presentéis a vuestra prometida, ¿no os parece?

Baile de Brujas - BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora