26- Una Oportunidad

4.2K 324 23
                                    

El calor de sus labios besándose con los míos me hace delirar y no me deja más opción que inmiscuirme en ese mundo que hay dentro de su boca. Sin dejar de explorar su boca con mi lengua levanto un poco la sabana que apenas nos cubre y la invito a posicionarse mejor tomándola por su cintura. Poco a poco voy sintiendo como el peso de su cuerpo está completamente sobre el mío y aquí estoy yo muriéndome de deseo por ella.

Sus dedos rozando mi torso, su lengua jugando con la mía, y cada sensación de sus curvas sobre mí son una mezcla mortal; una que me está haciendo perder ese control que prometí tener con ella. Mis manos se mueven por su espalda hasta llegar al final de la camiseta de tirantes de seda y en un acto instintivo van colándose por debajo de esta fina tela. Su piel... es que me encanta... es tan suave...

Mis labios dejan un instante su boca para así besar su cuello, sus hombros... puedo escuchar su respiración agitada en mi oído y ya con eso puedo sentir este fuego que me va consumiendo por dentro; la necesito, la quiero... ya basta de fingir; me he enamorado de ella.

Mientras que mis dedos van rozando su espalda; la tela de la camiseta va subiéndose, hasta que me atrevo a quitársela dejándola expuesta ante mí en tan solo sujetador. Me parece tan extraño que lo lleve puesto, pero supongo que es por mi sola presencia. Sin soltarla hago que giremos sobre el colchón hasta que mi cuerpo queda sobre el suyo. Tomo sus manos para llevarlas por encima de su cabeza y después de mirar esos ojos grises que tanto me gustan vuelvo a besarla. Una de mis manos suelta la suya y comienza a recorrer su perfecta y desquiciante figura. Literalmente no doy más... he perdido todo el control sobre mi cuerpo, sobre mi mente... 

-Pablo... Me murmura con su respiración entre cortada haciéndome reaccionar ya que su tono es de súplica.

No sé cómo lo hago, pero es solo escuchar su voz y la manera que ha dicho mi nombre lo que me hace reaccionar.

Dejo de besarla un instante y la vuelvo a mirar -¿Me detengo? Pregunto casi como si fuera mi condena.

Una lagrima rueda por su mejilla y me alarma -No puedo. Dice y la angustia que hay en su voz se transmite a mi persona. -Perdóname por favor. Dice y más lagrimas salen de sus ojos.

Me angustia verla así, no puedo... -Perdóname tu a mí por favor. Le pido y me levanto de encima de su cuerpo.

Me siento en la cama intentando recuperar la respiración y la normalidad en mi cuerpo ya que cada uno de mis sentidos ha respondido al deseo que ha invadido mi ser y me quedo mirándola con vergüenza.

Ella imita mi posición y mientras lo hace se coloca nuevamente la camiseta. -Rubio... Dice con culpa.

-No pasa nada rubia, no ha sido tu culpa. Le digo de la manera más honesta que puedo.

-No es eso...

-¿Y qué es? De verdad, no necesitas decirme nada. Tu y yo teníamos un trato y fui yo el que lo ha roto, el que fallo... El único que tiene que pedirte disculpas soy yo. Explico cómo puedo y ni siquiera puedo mirarla a los ojos. Lo único que puedo hacer es agachar mi mirada.

-Mírame. Dice levantando mi rostro con su mano en mi barbilla.

-Te miro. Respondo con una tímida y avergonzada sonrisa. La veo y lo que veo es una mujer que de alguna extraña manera ha aparecido en mi vida enloqueciéndola, transformándola, y haciendo que todo cobrara un sentido diferente. La veo y me doy cuenta que me encanta y que no sé cómo rayos paso, pero me enamoro en cuestión de poco tiempo. Sigo observándola en este silencio que se ha generado en esta habitación y me percato que quisiera que lo nuestro tomara un rumbo diferente, pero no estoy seguro de que ella quiera lo mismo. Su mirada es un mar de dudas, de temores, inseguridades, y yo no tengo idea de que hacer para cambiar eso, para hacer que se enamore de mí, para que no me rechace nuevamente.

Ella suspira una... dos veces... una tercera... -Rubio, yo también quería, pero no puedo; es más fuerte que yo. Dice y se echa a llorar cubriendo su rostro con sus manos.

¿Ella quería? Me acaba de confesar que también quería hacer el amor conmigo. Está llorando de angustia y yo aquí como un imbécil sin poder reaccionar a causa de sus palabras.

Después de lo que a mí me parece una eternidad, finalmente reacciono y me siento a su lado para poder abrazarla.

-Jackie, por favor no llores. No te puedo ver así. Digo sin soltarla.

-No puedo. ¡Quiero ser una mujer normal, pero cada vez que creo que podre salir adelante esos malditos recuerdos vuelven a mi mente! Exclama.

-Tranquila... por favor. No quiero que te pongas así por lo sucedido. Yo no quiero que sientas que esto es algo que debe suceder si o si...  además, tu y yo teníamos un trato y yo falle.

-No Pablo, tu no fallaste. Yo te deje que fallaras porque quería que lo intentáramos, pero no puedo.

-¿Qué lo intentáramos? Pregunto con una confusión que creo que hará que se me parta la cabeza en dos.

Ella levanta su mirada clavándola en mí. -Rubio, me encantas. Por eso quería que lo intentáramos. Me dice haciendo que yo me quede con mi corazón latiendo a mil por hora.

-Tú también me encantas rubia. Respondo acariciando su rostro. -Pero, no quiero que te obligues a estar conmigo.

-No me estoy obligando Pablo. Realmente quiero. Dice muy segura.

-¿Tú me estas queriendo decir que...?

Es que no puedo ni terminar la pregunta.

-Estoy queriendo decir que no se... quizás esto pueda funcionar...

-¿Ser un matrimonio de verdad? Pregunto totalmente atónito.

-Puede ser... ¿tú que dices?

-¿Yo que digo? Digo que... me encantaría que lo intentáramos, no tenemos nada que perder. Digo con una amplia sonrisa.

-Lo único es que no se si algun dia pueda...

-Shhh... La interrumpo colocando mi dedo índice sobre sus labios. -No hay prisa. No hay obligación. Déjame enamorarte. Le pido.

Sus brazos se cuelan por encima de mis hombros a la vez que me regala una sonrisa dejando ver que la angustia ha quedado a un lado.

-Te dejo, pero no me lastimes por favor. Me dice suplicante.

-No lo hare. Le aseguro y la beso sellando esta oportunidad que nos estamos dando y la cual que cuesta tanto asimilar.

Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora