92. Conociendo a Allegra

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Al día siguiente

Sus besos sobre mi espalda me hacen despertar. –Amor, anda despierta...- Me pide sin dejar de besarme y rio.

-Un ratito mas.- Digo como niño que no quiere ir a la escuela.

La escucho reír –Yo por mi te dejaba dormir todo el día, pero tenemos la cita en la fundación en dos horas.- Me explica y ahora sí que tiene mi atención.

Con un poco de flojera me volteo para verla acostada a mi lado con ese fino camisón súper corto de seda color blanco. –Buenos días.- Digo sonriente y la miro completa.

-Buenos días.- Responde sonriente y se voltea para darme un corto beso.

Estoy por abrazarla contra mi cuando la veo levantarse de la cama a toda prisa y se echa a correr hacia el baño. Sin dudarlo voy detrás de ella y abro la puerta preocupado y me la encuentro arrodillada frente al váter volviendo su estomago. Camino hacia ella, y sujeto su cabello mientras que ella con su brazo me hace señas para que salga de allí.

Ya decía yo que se había tardado en tener nauseas. Pienso y sonrió ante mis pensamiento aunque creo que esto a ella no le hace gracia alguna.

-Que horrible...- Se queja mientras deja fluir el agua y se pone de pie. –Creo que me voltee muy rápido.- Comenta y se para frente al lavamanos para cepillar sus dientes.

Me paro detrás de ella y la abrazo acariciando su vientre –Han sido nauseas cariño, es normal.- Comento y su mirada me asesina a través del espejo.

Mejor me quedo callado.

-A veces olvido que estoy embarazada... y más de gemelos.- Dice mirándose en el espejo y llevando su mano sobre la mía.

-Me gustaría recordártelo cuando se te olvide, pero creo que me matarías.- Bromeo.

-No soy tan así rubio...- Me regaña y se voltea para quedar frente a frente conmigo.

-¿No?- Pregunto con una media sonrisa.

-Yo soy un angelito...- Comenta haciéndose la inocente.

-Uno muy pero muy sexy...- Replico mirándola de pies a cabeza y ella lleva sus brazos sobre mis hombros.

-Eres una muy buena medicina eh... ya me siento muy bien.- Comenta con una picara sonrisa y sin que se lo espere, la levanto en el aire y hago que se siente sobre la encimera de mármol que hay alrededor del lavamanos.

-Siempre puedo hacerte sentir mejor...- Comento con una media sonrisa y comienzo a levantar su sensual camisón.

-Haz lo que tengas que hacer para que me sienta mucho mejor doctor Moreno.- Me pide en un tono muy sugerente y enreda sus piernas en mí.

-Tus deseos son ordenes cariño mío...- Digo sin dejar de mirarla a los ojos y voy quitando su diminuta braga dejándola caer en el suelo.

Ella baja mi bóxer, y es así como terminamos haciendo el amor en el baño y con su reflejo en el espejo haciendo todo esto mucho más excitante si es posible.

[...]

-¡No podemos seguir asi!- Me regaña mientras nos subimos al auto a toda prisa sin despedirnos de Consuelo ni nadie.

Esta vez he decidido conducir yo y no puedo más que reírme de sus palabras.

-¡No es mi culpa que seas jodidamente provocativa!- Digo entre risas.

-Ni la mía que seas tan facilito.- Bromea y ambos reímos.

-¿facilito? ¿Yo?- Pregunto haciéndome el ofendido una vez que el GPS me indica por donde debo ir.

-Si...- Dice intentando no reírse y juro que si no fuera porque nos podemos chocar, me la comería a besos.

[...]

Afortunadamente llegamos a tiempo a la fundación. Es un lugar enorme...

-Vamos.- Me dice tomándome de la mano y haciendo que caminemos hasta la entrada.

Al entrar todas las mujeres que trabajan allí, saludan a mi esposa con entusiasmo y la abrazan tal como si fuese su mejor amiga. Las presentaciones no tardan en llegar al igual que las fotos y autógrafos que me piden. Amablemente accedo y después de unos cuantos minutos, la señora de cabello rojizo y unos cincuenta años, nos hace pasar con ella al área detrás de la recepción.

Caminamos los largos pasillos de la fundación hasta que llegamos a la puerta de una de las tantas puertas que hay allí. –Allegra está muy contenta por verte.- Le comenta Irina.

-Y yo por verla a ella.- Le responde con una enorme sonrisa.

Irina abre la puerta y nos deja pasar a los dos. Para mi sorpresa estamos en la habitación de la niña. La veo sentada en una diminuta silla que hay alrededor de una mesa súper pequeña, y al ver a Jackie deja sus crayolas a un lado y se echa a correr hacia ella.

-¡Jackie!- Exclama y mi preciosa esposa la toma entre sus brazos en un fuerte abrazo y la levanta en el aire.

-¡Mi pequeña princesa! ¡Cuánto te he echado de menos!- Le dice sin soltarla y el ver esta imagen me hace sonreír como un tonto enamorado.

-¡Y yo a ti!- Le dice y siguen sin soltarse hasta que la mirada de mi esposa se cruza con la mía.

-Princesa, quiero presentarte a Pablo.- Le dice tomándola mejor entre sus brazos como para que este como sentada. –El es mi esposo.- Le dice.

-Hola princesa.- Le digo y tomo su pequeña manito para darle un beso y ella sonríe.

-Hola.- Me dice tímidamente y sonríe.

Estoy totalmente cautivado por esta niña; es preciosa y tiene un parecido tan increíble con mi esposa que me sorprende.

-Princesa, Pablo y yo hemos venido aquí porque queremos hablar contigo de algo.- Le dice mientras vamos hacia el sofá que hay allí y nos sentamos con la pequeña, que nos mira con muchísima atención.

Muero por ver su carita cuando le digamos lo que le hemos venido a proponer...

Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora